Perspectiva Internacional

Crisis en el Gobierno de Petro

 Rebelión interna y un final incierto

El gobierno de Gustavo Petro atraviesa su momento más crítico. A la crisis de violencia y al reciente enfrentamiento diplomático con Donald Trump, se suma una rebelión interna en su gabinete que amenaza con marcar un final caótico para su presidencia. La designación de Armando Benedetti como jefe de despacho ha desatado el descontento entre sus ministros, generando renuncias y fracturas que dejan en evidencia la fragilidad del Ejecutivo.

Renuncias en el gabinete

La situación se tornó aún más tensa cuando Petro decidió retransmitir en vivo un Consejo de Ministros sin previo aviso. Durante la caótica sesión de seis horas, el presidente acusó a su equipo de no cumplir con las promesas de gobierno, eximiéndose de responsabilidades. La respuesta de los ministros no tardó en llegar: cuestionaron duramente la inclusión de Benedetti, exembajador salpicado por escándalos y considerado un peligro para la estabilidad del proyecto progresista. En los días siguientes, el ministro de Cultura, el director de la Presidencia y la secretaria jurídica de Petro presentaron sus renuncias.

La vicepresidenta denuncio corrupcion

La vicepresidenta Francia Márquez también alzó la voz, denunciando corrupción dentro del gobierno y acusando a la canciller Laura Sarabia de maltrato. La figura de Sarabia, con apenas 30 años y una creciente influencia, ha polarizado al gabinete. Mientras que Petro la defiende como una funcionaria clave, sus detractores la ven como un factor de división y tensión interna.

El ELN intensifico su ofensiva

Pero las turbulencias políticas no son el único desafío que enfrenta el presidente. La violencia en el Catatumbo, donde el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha intensificado su ofensiva criminal, ha puesto en jaque la estrategia de “paz total” de Petro. La falta de coordinación entre las fuerzas de seguridad y la crisis en el sistema penitenciario han evidenciado la debilidad del Estado para contener la situación.

En el plano internacional

A nivel internacional, la reciente confrontación con Trump ha añadido un nuevo frente de conflicto. Petro se negó a recibir vuelos con migrantes deportados desde Estados Unidos, lo que desató la ira del presidente republicano y derivó en una amenaza de guerra comercial. Aunque Sarabia y el excanciller Luis Gilberto Murillo lograron apaciguar las tensiones con Washington, el episodio dejó en evidencia las diferencias internas en el Ejecutivo.

Imagen debilitada

En medio de este escenario, el liderazgo de Petro se encuentra en entredicho. Su actitud errática y su insistencia en mantener a figuras polémicas en su círculo cercano han debilitado su imagen. Mientras algunos de sus aliados ven en su reciente maniobra un intento por retomar el control del debate público, la crisis ministerial y el descontento ciudadano sugieren un panorama sombrío para el resto de su mandato.

La credibilidad del gobierno en juego

Con un año y medio por delante, el presidente enfrenta el reto de evitar que su administración colapse. La credibilidad de su gobierno está en juego y, con ella, el futuro político de Colombia.