En el corazón de la Puna argentina, una región caracterizada por su dureza geográfica y su belleza desolada, China y EEUU guerra por el litio. Se desarrolla una nueva fiebre del litio, el “oro blanco” que alimenta las baterías de los autos eléctricos y las economías limpias del futuro. Este auge ha colocado a Argentina, el cuarto mayor productor de litio del mundo, en el epicentro de una disputa estratégica entre dos gigantes globales: Estados Unidos y China.
Una Nueva Esperanza en Salta
La provincia de Salta, conocida por su aridez y sus paisajes inhóspitos, ha visto renacer su actividad minera, esta vez enfocada en la extracción de litio de sus vastos salares. La localidad de Mina La Casualidad, que antaño prosperó gracias a la minería de azufre y que hoy es un pueblo fantasma, está a punto de experimentar una transformación gracias a la explotación de este preciado mineral. Proyectos como la mina Mariana, operada por la empresa china Ganfeng, destacan en este nuevo escenario.
China y EEUU guerra por el litio
Con una quinta parte de las reservas mundiales de litio, Argentina se ha convertido en un campo de batalla económico y geopolítico. China, que domina la producción y el refinamiento de baterías de litio, ha invertido fuertemente en la región, mientras que Estados Unidos intenta contrarrestar esta influencia a través de nuevas inversiones y acuerdos estratégicos, configurando una verdadera guerra entre China y EEUU por el litio.
La elección de Javier Milei como presidente, conocido por su enfoque anarcocapitalista y su cercanía con Washington, marca un cambio en la política exterior argentina. Milei ha rechazado una invitación para unirse al grupo BRICS, liderado por China, y ha buscado estrechar lazos con Estados Unidos. Este movimiento ha sido bien recibido por funcionarios estadounidenses, quienes ven en Argentina una oportunidad de inversión estratégica, especialmente en el sector del litio.
Inversiones y Promesas
Entre 2020 y 2023, las empresas chinas invirtieron 3.200 millones de dólares en proyectos mineros en Argentina, incluyendo siete proyectos de litio, comparado con los tres financiados por empresas estadounidenses. A pesar de la retórica pro-EE.UU. de Milei, las inversiones estadounidenses han tardado en materializarse. No obstante, el apoyo de figuras como Elon Musk, quien ve en Argentina un potencial enorme para asegurar suministros de litio para Tesla, podría cambiar esta dinámica.
Impacto Local y Ambiental
La fiebre del litio ha traído consigo una bonanza económica a regiones como Tolar Grande, con pleno empleo y la creación de nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, el impacto ambiental de la extracción de litio preocupa a los residentes locales. La técnica emergente de extracción directa de litio (DLE), implementada en la mina Centenario-Ratones, promete ser más ecológica, pero aún está por probarse a gran escala.
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Futuro Incierto
La volatilidad del mercado del litio y las experiencias pasadas con la minería en la región dejan un sentimiento de incertidumbre. Los líderes locales, como el alcalde de Tolar Grande, buscan garantizar que las inversiones actuales dejen un legado positivo y duradero, fomentando el desarrollo de infraestructuras y turismo para el futuro. Sin embargo, persisten las preocupaciones de que, una vez que el litio se agote, las comunidades locales queden nuevamente en el abandono.
En resumen, la lucha por el litio en Argentina no solo es una cuestión de economía y desarrollo, sino también de geopolítica, con Washington y Pekín disputando su influencia en una región clave para el futuro de las tecnologías limpias. La gestión de estos recursos y el balance entre el progreso económico y la sostenibilidad ambiental determinarán el legado de esta nueva fiebre del litio.