China se encuentra en el centro de una creciente preocupación ambiental debido a su contribución significativa al aumento de las emisiones de hexafluoruro de azufre (SF6), un gas de efecto invernadero extremadamente potente utilizado en la industria eléctrica. Este gas, con un potencial de calentamiento global 24.000 veces mayor que el dióxido de carbono (CO2), está generando una presión adicional sobre la crisis climática ya existente, alimentada por las crecientes necesidades de electricidad del país.
El SF6, aunque menos conocido que el CO2, es igualmente peligroso y, según un nuevo estudio, China es responsable de la mayor parte de las emisiones mundiales de SF6 en la última década. Esto plantea un desafío significativo para la comunidad internacional en su lucha contra el cambio climático, ya que el SF6 tiene una vida atmosférica extremadamente larga, superando los mil años.
A medida que China continúa su rápida electrificación y modernización, es crucial que el país tome medidas urgentes para reducir y, en última instancia, eliminar sus emisiones de SF6. Sin embargo, debido a su estatus como país en desarrollo, China no está sujeta a las mismas obligaciones que los países industrializados en términos de reducción de emisiones, lo que complica aún más el desafío.
Mientras tanto, en Europa, se están implementando medidas para abordar las emisiones de SF6, aunque con ciertas limitaciones. Si bien la Unión Europea ha establecido regulaciones para la reducción progresiva del SF6, estas no van tan lejos como algunos habrían esperado. A pesar de los avances, queda trabajo por hacer para eliminar completamente el SF6 de la infraestructura eléctrica.
El estudio revela un panorama preocupante pero también ofrece una oportunidad para la acción. Es imperativo que el mundo se aboque a la reduccion del SF6.