Perspectiva Internacional

Brasil sale del Mapa del Hambre. Lula celebra una victoria con proyección global

Por Perspectiva Internacional – 29 de julio de 2025

Lula referente internacional en politicas sociales

Brasil ha logrado un hito histórico en la lucha contra el hambre: según el último informe de la FAO, el país sudamericano ha salido del Mapa del Hambre de las Naciones Unidas, al reducir a menos del 2,5% el porcentaje de su población que padece inseguridad alimentaria severa. Es un dato que no solo destaca en el escenario regional, sino que consolida al presidente Luiz Inácio Lula da Silva como un referente internacional en políticas sociales.

En 2022, Lula se propuso erradicar el hambre como prioridad de gobierno

Cuando asumió su tercer mandato en 2022, Lula se propuso erradicar el hambre como prioridad de gobierno. Tres años después, su ambición se ve respaldada por cifras contundentes: 24,4 millones de brasileños han dejado de pasar hambre, una reducción del 85% respecto a los niveles de 2022. Este avance no solo responde a un compromiso político, sino también a la recuperación de políticas públicas ya probadas durante su primer ciclo presidencial.

Bolsa familia

Entre las herramientas clave figura el relanzamiento del programa Bolsa Familia, que vincula transferencias directas a las familias más pobres con condiciones como la escolarización y vacunación de los niños. A esto se suma una batería de medidas bajo el Plan Brasil Sin Hambre: cocinas solidarias, bancos de alimentos, aumentos del salario mínimo por encima de la inflación, y créditos para la agricultura familiar.

Restauración del legado lulista

Este enfoque integral combina asistencia directa con generación de autonomía y movilidad social, en abierta contraposición a la lógica neoliberal que desmanteló estas políticas durante el gobierno de Jair Bolsonaro. La pandemia y la recesión de aquellos años habían devuelto al país al Mapa del Hambre tras haber salido en 2014. La actual reversión de esa tendencia representa una suerte de restauración del legado lulista, pero con una proyección más ambiciosa.

La dimensión internacional de esta gran conquista

La dimensión internacional de esta conquista no es menor. Durante la presidencia brasileña del G-20 en 2024, Lula impulsó la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, una iniciativa que ya suma más de 100 países. Lejos de tratarse de una propuesta meramente asistencial, se basa en compartir experiencias exitosas, replicables en contextos diversos. “El ejemplo brasileño puede adaptarse en muchos países alrededor del globo”, afirmó el ministro Wellington Dias, encargado del área de Desarrollo y Asistencia Social.

Un millón de familias ya dejaron de depender del Bolsa Familia

Además de reducir el hambre, Brasil ha registrado avances en otros indicadores sociales: la pobreza extrema cayó al 4,4%, el desempleo al 6,6%, y la desigualdad alcanzó su nivel más bajo en la serie histórica (índice de Gini de 0,506). El salario del 10% más pobre creció más que el promedio nacional, y casi un millón de familias dejaron de depender del Bolsa Familia gracias a la mejora de su situación económica.

Brasil demuestra que el fortalecimiento del Estado puede ser motor de inclusión

Estos resultados desmontan el mito, aún vigente en ciertos sectores conservadores, de que los programas sociales generan dependencia y desincentivan el empleo. Al contrario, Brasil demuestra que el fortalecimiento del Estado puede ser motor de inclusión, sin frenar el crecimiento.

El caso brasileño es un modelo de referencia para el Sur Global

El reto ahora es sostener estos logros en un contexto internacional que sigue siendo alarmante. La media mundial de personas que padecen hambre es del 8,2%, y la FAO proyecta que en 2030 aún habrá más de 500 millones de personas desnutridas, especialmente en África y Asia. En ese escenario, el caso brasileño se convierte en un modelo de referencia para un Sur Global que busca soluciones estructurales a la pobreza.

Mensaje político potente de Brasil

Salir del Mapa del Hambre no es solo una victoria estadística para Brasil. Es un mensaje político potente que muestra que, con voluntad, políticas públicas sólidas y participación social, la erradicación del hambre es una meta posible. Y que desde América Latina también se pueden ofrecer respuestas globales a los desafíos más urgentes del siglo XXI.