Perspectiva Internacional

Trump y la guerra comercial sin brújula

Por Perspectiva Internacional – 13 de julio de 2025

Incertidumbre global ante la última ofensiva arancelaria

La política comercial de Estados Unidos ha vuelto al centro del tablero internacional, pero no por razones estratégicas o estructurales, sino por los impredecibles vaivenes del presidente Donald Trump. Su nueva amenaza de imponer aranceles a decenas de países —desde la Unión Europea hasta Sri Lanka— no solo agita a los mercados y cancillerías del mundo, sino que también confirma que la principal constante de su estrategia económica es la confusión.

El 1 de agosto entra en vigor  una nueva tanda de gravámenes

Esta semana, Trump reprogramó para el 1 de agosto la entrada en vigor de una nueva tanda de gravámenes, pospuestos en abril tras un primer estallido proteccionista que dejó a gobiernos y empresas con 90 días para negociar. Pero lejos de cerrar acuerdos sustantivos, Estados Unidos apenas logró un par de compromisos preliminares con Reino Unido y Vietnam. Mientras tanto, la amenaza arancelaria se mantiene viva, ahora con cartas personalizadas enviadas a 25 países y con nuevos golpes sorpresa: un arancel del 35% contra Canadá o un castigo al cobre importado del 50%.

El “TACO” —siglas en inglés de Trump Always Chickens Out, o Trump siempre se acobarda

La reacción de los mercados ha sido llamativamente tibia. Algunos analistas ya no temen una guerra comercial total, sino que ven en Trump al “TACO” —siglas en inglés de Trump Always Chickens Out, o Trump siempre se acobarda—, una figura que infla el conflicto para luego retroceder. Pero esta percepción puede ser peligrosa. El Nobel de Economía Paul Krugman advirtió esta semana que, esta vez, el presidente podría ir hasta el final, empujado por un nacionalismo económico sin lógica previsible.

Unilateralismo sin estrategia

El problema ya no es solo económico: es político. La manera en que Trump utiliza los aranceles —a menudo sin aviso previo, sin criterios técnicos, y con motivaciones extracomerciales, como su deseo de ayudar judicialmente a Jair Bolsonaro o castigar a Canadá por su supuesta pasividad frente al tráfico de fentanilo— ha convertido a la política comercial de Estados Unidos en una ruleta geopolítica.

Las reglas se modifican de manera unilateral al ritmo del humor presidencial

En las últimas semanas, países como Indonesia o Japón han descubierto las tasas impuestas a sus productos a través de publicaciones en Truth Social, sin canales diplomáticos claros ni coordinación institucional. Otros, como Brasil, han visto multiplicarse los aranceles sin siquiera participar de las negociaciones. Y todo esto ocurre en un clima donde las reglas se modifican de manera unilateral y en tiempo real, al ritmo del humor presidencial.

Según un estudio de la Universidad de Yale, los nuevos aranceles costarían a las familias estadounidenses más de 2.300 dólares al año

La lógica de Trump se apoya en una visión distorsionada del “sentido común” y en una narrativa donde Estados Unidos ha sido durante décadas una víctima explotada por el comercio global. Su objetivo declarado: devolver empleos manufactureros y reafirmar la “grandeza americana”. Pero las cifras revelan otra realidad: según un estudio de la Universidad de Yale, los nuevos aranceles costarían a las familias estadounidenses más de 2.300 dólares al año y podrían provocar un escenario de estanflación, combinando inflación alta con bajo crecimiento económico.

El cuento de Pedro y el lobo… ¿con final inesperado?

Para muchos actores internacionales, la política arancelaria de Trump ya opera como una amenaza constante sin ejecución: un espectáculo para su base electoral, donde la grandilocuencia reemplaza a la coherencia. Pero esa percepción puede desarmarse en cualquier momento. Como señala Carolyn Kissane, especialista en política comercial de la Universidad de Nueva York, la táctica del presidente sigue un patrón: tensar al máximo, imponer miedo, y luego retroceder ligeramente. El problema es que en algún momento, como en el cuento de Pedro y el lobo, la amenaza puede hacerse real, y para entonces, pocos estarán preparados.

El apodo de “Tariff Man” hoy vuelve como caricatura y advertencia

El apodo de “Tariff Man” que alguna vez el propio Trump abrazó como una broma, hoy vuelve como caricatura y advertencia. En un mundo interdependiente, la guerra comercial ya no es una simple disputa de tarifas: es una amenaza a la gobernabilidad económica global, y también al multilateralismo, cada vez más frágil.

Cuánto más puede resistir el orden global ante esta versión arancelaria del caos ?

Si en 2018 su política comercial ya había fracturado el equilibrio con China, hoy Trump multiplica frentes en simultáneo. Y en medio de una campaña electoral en la que el proteccionismo vuelve a ser una bandera, cabe preguntarse cuánto más puede resistir el orden global ante esta versión arancelaria del caos.