Por Perspectiva Internacional – 14 de julio de 2025
Bruselas
La política comercial internacional vuelve a sacudirse tras un nuevo golpe de la Casa Blanca. El anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel del 30% a los productos europeos a partir del 1 de agosto ha generado un fuerte rechazo en Bruselas y podría escalar en una nueva guerra comercial entre ambos lados del Atlántico. La medida, calificada por la Comisión Europea como “prácticamente prohibitiva”, amenaza con congelar buena parte del comercio transatlántico.
Europa busca respuestas ante el nuevo tarifazo
El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, expresó públicamente su frustración ante el giro de Washington, justo cuando parecía haberse avanzado hacia un principio de entendimiento. “Una tarifa del 30% es, siendo sinceros, una barrera comercial que equivale a una prohibición”, afirmó este lunes en Bruselas, antes de reunirse con los ministros de Comercio y Exteriores de los Estados miembros de la UE.
La unidad europea (con una excepción)
En general, los socios comunitarios han cerrado filas con la Comisión. El respaldo más enfático llegó desde Dinamarca, país que actualmente preside el Consejo de la UE. Su canciller, Lars Løkke Rasmussen, elogió el trabajo de Sefcovic en medio de “circunstancias muy difíciles” y advirtió: “Si quieres paz, prepárate para la guerra”.
La posición de Hungria
El único gobierno que se apartó del consenso fue, previsiblemente, el de Hungría. El viceministro de Exteriores y Comercio, Levente Magyar, acusó a Bruselas de haber fallado en su estrategia frente a la “agresiva” posición estadounidense y llamó a reconocer la “nueva realidad impuesta” por Trump, incluso abriendo la puerta a un acuerdo comercial “asimétrico”.
Una respuesta europea en construcción
Mientras se multiplican los llamados a endurecer la posición europea, la Comisión afina su respuesta. Sobre la mesa está una nueva lista de productos estadounidenses que podrían ser objeto de aranceles por parte de la UE, con un valor estimado de 72.000 millones de euros, a los que se sumarían otros 20.000 millones de medidas previamente aprobadas pero suspendidas. En total, la represalia europea podría superar los 90.000 millones.
El golpe estadounidense afecta al 70% de las exportaciones europeas a Estados Unidos
Sin embargo, este monto representa menos de un tercio del total de las importaciones europeas desde EE. UU., muy por debajo del impacto del golpe estadounidense, que afecta al 70% de las exportaciones europeas hacia ese país.
La mirada hacia el Sur global
Más allá de la confrontación directa, la UE empieza a rediseñar su estrategia comercial con otros actores globales. “EE. UU. representa el 13% del comercio mundial. Eso significa que el 87% restante está abierto a oportunidades”, explicó Rasmussen. En ese sentido, Bruselas anunció un acuerdo político con Indonesia como parte de su esfuerzo por diversificar mercados. Y el acuerdo con el Mercosur, largamente estancado, vuelve a cobrar protagonismo con el objetivo de firmarlo antes de fin de año.
¿Un déjà vu?
El nuevo arancel de Trump recuerda a episodios previos de tensiones comerciales entre Europa y Estados Unidos, pero con una diferencia sustancial: la pérdida de confianza en los canales tradicionales de negociación. El unilateralismo de Washington, sumado a un entorno geopolítico enrarecido por conflictos y rivalidades, deja poco margen para una salida diplomática inmediata.
Otra vez la incertidumbre
Una vez más, el tablero global gira en torno a la incertidumbre. Y Europa, sin brújula clara, deberá decidir si responde con dureza, busca alternativas o asume los costos de un nuevo orden comercial impuesto desde Washington.
