
Por Perspectiva Internacional – 3 de julio de 2025
Paso estrategico de politica exterior
En plena guerra tarifaria impulsada por Donald Trump, el Mercosur ha dado un paso estratégico en su política exterior: cerró un acuerdo comercial con los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), formada por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. El pacto, anunciado en la víspera de la cumbre semestral del bloque en Buenos Aires, marca un movimiento clave del Mercosur para insertarse en el mundo sin quedar atrapado entre las tensiones comerciales globales.
Un bloque dividido que avanza
A pesar de las marcadas diferencias ideológicas entre sus líderes —con Javier Milei en Argentina y Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil representando polos opuestos— el Mercosur logra avanzar con una agenda comercial ambiciosa. Lula ha sido el principal impulsor de la negociación con EFTA, y su enfoque pragmático (“todos ganan porque todos ceden”) ha permitido cerrar un acuerdo que no solo libera de aranceles al chocolate suizo, sino también a las carnes sudamericanas que ingresen a esos mercados.
Trampolin politico hacia el acuerdo con UE
Este paso intermedio, aunque menor en términos de volumen económico comparado con la Unión Europea, es un trampolín político: relanza el camino hacia la firma definitiva del tratado Mercosur-UE, negociado desde hace más de dos décadas. En un contexto en que Estados Unidos adopta una política cada vez más proteccionista, cerrar acuerdos multilaterales se vuelve no solo una decisión económica, sino también una declaración geopolítica.
Lula y Milei: tensiones, pero confluencias
El contraste entre Lula y Milei no podría ser mayor. Mientras el brasileño visita a la ex presidenta Cristina Kirchner, proscripta y en prision domiciliaria, vuelve a poner en agenda temas como el cambio climático o los derechos sociales, Milei intenta vaciar de contenido político al bloque y lo acusa de ser un “escollo para el desarrollo”. Sin embargo, ambos reconocen que una apertura al mercado europeo beneficiaría a sus sectores productivos, especialmente los agrícolas, mineros y energéticos.
Brasil acepto demanda de Milei
En ese marco, Brasil aceptó una demanda clave de Argentina: ampliar la lista de excepciones a la Tarifa Externa Común. Con ello, Milei gana espacio para explorar un posible acuerdo comercial preferencial con Estados Unidos, sin romper formalmente con Mercosur. La sintonía ideológica con Trump no se ha traducido aún en resultados concretos, pero Milei espera aprovechar esa afinidad para profundizar el vínculo bilateral en comercio e inversiones.
Mercosur, resiliencia e integración
Con la presidencia pro tempore ahora en manos de Brasil, Lula enfrenta la oportunidad —quizás única— de sellar el acuerdo con la UE y reposicionar al bloque en el tablero global. También anticipa una agenda más ambiciosa, que reincorpore debates sobre desarrollo sostenible, inclusión y derechos humanos que habían sido desplazados por la administración argentina.
Una apuesta por la integracion y el dialogo
Como señalan varios analistas , un acuerdo definitivo con la Unión Europea no solo tendría valor económico y diplomático, sino también simbólico: justificaría la continuidad del Mercosur ante los sectores más escépticos. En un mundo que se inclina hacia el unilateralismo y las guerras comerciales, el avance del Mercosur con Europa puede verse como una apuesta por la integración y el diálogo.
Construir puentes
Mientras Trump lanza tarifas, América del Sur redobla sus esfuerzos por construir puentes. Tal vez, en tiempos de muros, los pactos sigan siendo una de las pocas formas de resistencia inteligente.