Perspectiva Internacional

La militarización de Los Ángeles  

Por Perspectiva Internacional – 12 de junio de 2025

El regreso de la política del miedo de Trump

Las calles de Los Ángeles, una de las ciudades con mayor población migrante de Estados Unidos, se han convertido nuevamente en un escenario de tensión social y represión estatal. A casi cinco meses de su retorno a la Casa Blanca, Donald Trump ha reavivado uno de los ejes más controvertidos de su primera presidencia: la política migratoria como herramienta de polarización y control.

Las protestas se desarrollan en al menos treinta ciudades

Las redadas migratorias iniciadas el pasado viernes en Los Ángeles desataron una oleada de manifestaciones que han crecido a escala nacional. Pero fue la decisión presidencial de desplegar 2.000 soldados de la Guardia Nacional —sin el consentimiento del gobernador de California— lo que encendió las alarmas. Desde entonces, las protestas se han multiplicado en al menos treinta ciudades de EE. UU., entre ellas Nueva York, San Antonio y San Luis. El país se enfrenta así no solo a una nueva oleada de descontento social, sino también a un precedente peligroso: la militarización de las calles en nombre del orden.

Un patrón familiar: fuerza militar ante la disidencia

El uso de tropas entrenadas para la guerra en el extranjero dentro de fronteras nacionales recuerda los episodios más oscuros de la historia moderna estadounidense. No se veía algo similar desde la década de 1960, cuando Lyndon B. Johnson envió tropas federales a Alabama para proteger a los manifestantes por los derechos civiles. Pero, a diferencia de entonces, el objetivo de Trump no es proteger a quienes protestan, sino intimidarlos.

Esta en juego el equilibrio entre los poderes estatales y federales

La Administración ha defendido el despliegue militar bajo el argumento de “poderes de emergencia” invocados por el propio presidente. Desde Washington, los abogados federales aseguran que Trump tiene la facultad de intervenir ante lo que considera una “rebelión”. En respuesta, el Gobierno de California, liderado por Gavin Newsom, ha iniciado una acción legal que será evaluada por el juez federal Charles Breyer. Lo que está en juego no es menor: el equilibrio entre los poderes estatales y federales, y el respeto al derecho constitucional a la protesta.

Protestas frente a desfiles

Mientras Trump se prepara para celebrar su cumpleaños este sábado con un desfile militar en Washington, en todo el país se organizan manifestaciones de rechazo. El contraste entre la celebración presidencial y el despliegue de tropas en las calles evidencia el estilo de gobierno que Trump ha vuelto a instalar: uno que equipara oposición con enemistad, y que busca callarla con fuerza.

La linea entre seguridad y represion es cada vez mas borrosa

Sus declaraciones recientes no dejan dudas: “Se trata de personas que odian a nuestro país”, dijo sobre quienes protestan. Y prometió enfrentarlos “con gran fuerza”. Estas palabras no son meramente retóricas. El uso de pelotas de goma, gases lacrimógenos y arrestos masivos contra manifestantes en Los Ángeles confirma que la línea entre seguridad y represión es cada vez más borrosa.

Ecos más allá de EE. UU.

Para América Latina y el mundo, lo que ocurre en Estados Unidos es más que un asunto doméstico. Las políticas migratorias de Trump tienen impacto directo en miles de familias latinoamericanas. Pero también su retórica y su estilo de liderazgo autocrático inspiran a sectores autoritarios en otras latitudes. La escena de soldados custodiando edificios públicos y acompañando redadas del ICE podría volverse una imagen habitual si este modelo se exporta o se normaliza.

En Los Angeles el clima politico y social esta alterado

Mientras tanto, en Los Ángeles, los militares —en su mayoría estáticos— vigilan puntos estratégicos como el aeropuerto o instalaciones del Departamento de Seguridad Interior. El general a cargo ha aclarado que no están autorizados a realizar arrestos, pero su sola presencia representa una forma de disuasión que modifica el clima social y político de la ciudad.

¿Resistencia o resignación?

La respuesta de la ciudadanía aún está en desarrollo. Las protestas, aunque reprimidas, no se han detenido. La pregunta de fondo es si esta movilización social será capaz de canalizarse políticamente o si, como en otros momentos de la historia reciente, la indignación será absorbida por la fatiga.

La resistencia civil organizada se ha despertado

Lo cierto es que Trump ha reactivado una fórmula conocida: dividir, militarizar, imponer. Pero también ha despertado algo que parecía dormido desde su regreso: la resistencia civil organizada. La batalla por el alma democrática de Estados Unidos ha vuelto a las calles, y esta vez, con más actores dispuestos a resistir.