La violencia en punto critico
La violencia de las pandillas en Haití ha alcanzado un punto de inflexión crítico, con consecuencias devastadoras para el sistema de salud del país. El reciente cierre del Hospital Bernard Mevs, único centro especializado en trauma neurológico, y los ataques armados contra el Hospital Universitario Estatal de Haití son una muestra desgarradora de cómo la inseguridad ha puesto en jaque no solo a las instituciones médicas, sino a toda una nación.
Vacio sanitario alarmante
El Bernard Mevs, conocido por su capacidad única para atender emergencias graves y realizar procedimientos avanzados como neurocirugías, era el último bastión para millones de haitianos. Su destrucción por parte de pandillas marca el colapso de un sistema ya frágil. Con 87 camas, este hospital privado ofrecía servicios esenciales para una población de casi 12 millones de personas. Ahora, tras el ataque, Haití enfrenta un vacío sanitario alarmante.
Exodo de profesionales de la salud
El impacto no solo se limita a la pérdida de infraestructura médica. La crisis también ha provocado el éxodo de profesionales de la salud. Con solo 5,9 médicos por cada 10.000 habitantes, Haití se encuentra muy por debajo del estándar mínimo recomendado por la OMS, que es de 25 médicos. A esto se suma el cierre de más de 30 hospitales en el departamento Oeste debido a la inseguridad, dejando a millones sin acceso adecuado a atención médica.
Consecuencias desalentadoras
Las consecuencias son visibles y desalentadoras. Clínicas privadas y hospitales gestionados por ONG intentan suplir la demanda, pero sus recursos son insuficientes. La violencia constante en Puerto Príncipe no solo afecta a los pacientes, sino también a los médicos residentes que no pueden completar su formación, lo que agrava aún más la falta de personal capacitado.
La comunidad internacional con resultados limitados
A pesar de la llegada de fuerzas multinacionales lideradas por Kenia en 2024, los resultados han sido limitados. La comunidad internacional ha sido duramente criticada por su inacción frente a la crisis. Como señaló Harold Marzouka Jr., experto en salud haitiano, “es como observar un barco hundirse con personas a bordo mientras tienes chalecos salvavidas y no haces nada”.
La tormenta perfecta que enfrenta Haiti
Haití enfrenta una tormenta perfecta, violencia generalizada, un sistema sanitario en ruinas y un éxodo masivo de médicos. Si no se toman medidas inmediatas para restablecer la seguridad y reconstruir las instituciones de salud, millones de haitianos continuarán sufriendo las consecuencias de una crisis humanitaria que no puede ser ignorada.
Este trágico panorama no es solo un reflejo de la precariedad de Haití, sino también una llamada de atención para la región y el mundo. La estabilidad de una nación no puede construirse sobre las ruinas de sus hospitales.