Perspectiva Internacional

 La guerra comercial afecta a aliados historicos de Estados Unidos

 Asia sufre el impacto de la nueva ola de aranceles

En un giro que sacude al comercio global, el presidente estadounidense Donald Trump ha lanzado una nueva ofensiva arancelaria, esta vez con el foco puesto en varios países de Asia. Ya no se trata solo de frenar a China: la estrategia del republicano apunta ahora contra naciones que se habían beneficiado del reordenamiento de las cadenas de suministro global tras su primera guerra comercial. El golpe amenaza con desencadenar un efecto dominó en los flujos comerciales y productivos del sudeste asiático y de potencias aliadas como Japón y Corea del Sur.

Vietnam, Camboya, Tailandia e Indonesia enfrentan gravamenes muy altos

Vietnam, Camboya, Tailandia e Indonesia, que habían emergido como centros clave de manufactura alternativa a China, están entre los más perjudicados. Según estimaciones de la firma financiera ANZ, los nuevos aranceles promedian el 30%, pero en algunos casos se disparan por encima del 45%. Vietnam, por ejemplo, enfrenta un gravamen del 46%, pese a haber sido uno de los mayores ganadores de la relocalización industrial impulsada por las tensiones previas entre Washington y Pekín. El país, donde Nike fabrica la mitad de su calzado, exporta un 30% de su producción a EE.UU. y ya ha solicitado conversaciones bilaterales para revisar la medida.

Aranceles sobre componentes electronicos, vehiculos y textiles golpean a Tailandia e Indonesia

Tailandia, cuya economía depende fuertemente de las exportaciones de componentes electrónicos, vehículos y textiles, se topó con un arancel del 37%, más del triple de lo que esperaba. La primera ministra Paetongtarn Shinawatra ha pedido diálogo urgente, mientras alerta sobre el riesgo de retroceso económico. Indonesia, por su parte, enfrenta una tasa del 32%, y si bien su gobierno aseguró estar preparado, las implicancias para su balanza comercial son inciertas.

Los mas paises mas pobres de Asia los mas golpeados

Pero los más golpeados han sido los países más pobres de la región. Camboya y Laos enfrentarán tarifas del 49% y 48% respectivamente, en momentos en que sus economías ya estaban debilitadas por la reducción de la ayuda estadounidense a través de USAID. En Myanmar, que atraviesa una crisis humanitaria y una guerra civil desde el golpe de Estado de 2021, los aranceles alcanzan el 44%.

La intencion de Washington seria frenar la inversion China en la region

Más allá del argumento proteccionista, varios analistas coinciden en que la verdadera intención de Washington es frenar la inversión china en estos países y debilitar la proyección de la Ruta de la Seda. Las tarifas, sostienen, apuntan a socavar la rentabilidad de los proyectos financiados por Pekín, que han sido claves en la expansión regional del gigante asiático. Pero el riesgo es que, en el intento de contener a China, Trump termine desestabilizando economías frágiles y agravando la dependencia que buscaba romper.

En Japon y Corea se sentira el impacto en las industrias automotrices y tecnologicas

Las consecuencias no se limitan al sudeste asiático. Dos aliados tradicionales de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, también se vieron afectados. Tokio enfrenta aranceles del 24% y Seúl del 26%, con impactos directos en sus industrias automotrices y tecnológicas. Corea del Sur, sumida en una profunda crisis institucional tras la destitución del presidente Yoon Suk-yeol, ha prometido una respuesta firme mientras intenta mantener la estabilidad de su moneda. Japón, uno de los principales inversores en Estados Unidos, ha calificado la decisión como “extremadamente lamentable”.

Taiwan dice haber recibido una bofetada inesperada

Taiwán también recibió una bofetada inesperada. Con un arancel del 32% y una economía fuertemente orientada a la exportación, la isla calcula una posible contracción del 3,8% en su PIB si no se revierten las medidas. El gobierno de Lai Ching-te ha criticado la “incoherencia” de Washington, recordando que Taipéi ha colaborado con las restricciones tecnológicas impuestas a China.

China, Japon y Corea retoman un dialogo que estaba congelado

La escalada ha generado reacciones diplomáticas. China, Japón y Corea del Sur retomaron recientemente un diálogo económico trilateral que llevaba cinco años congelado. Aunque Tokio y Seúl han negado cualquier acuerdo conjunto contra los aranceles de Trump, el gesto simboliza un cambio de tono: la región comienza a buscar respuestas propias ante una política comercial estadounidense cada vez más impredecible

Latinoamérica observa con cautela

 ¿oportunidad o amenaza?

Desde América Latina, el giro arancelario de Trump hacia Asia genera tanto preocupación como expectativa. México, que también ha sido blanco de medidas proteccionistas en el pasado, aparece en el radar como uno de los países que podría beneficiarse del endurecimiento contra Asia, dado que ya ha captado parte del capital que antes fluía hacia China y Vietnam.

La situacion para Argentina es muy compleja

Para países como Argentina, sin embargo, el panorama es más complejo. A corto plazo, una desaceleración de las economías asiáticas podría traducirse en una menor demanda de materias primas, especialmente soja y minerales, dos rubros centrales del comercio exterior argentino. Esto podría afectar los precios internacionales y recortar ingresos por exportaciones, en un momento en que el país necesita dólares con urgencia.

Argentina no podra atraer inversiones si no mejora la competitividad en un entorno Macroeconomico inestable

Por otro lado, si las empresas estadounidenses buscan relocalizar aún más su producción fuera de Asia, Argentina podría intentar posicionarse como alternativa. Pero eso requiere una estrategia clara de atracción de inversiones, mejoras en la competitividad y un entorno macroeconómico más estable. Hasta ahora, la región ha quedado en gran medida al margen del rediseño global de cadenas de valor.

Fragilidad del orden multilateral

La nueva fase de la guerra comercial también pone en evidencia la fragilidad del orden multilateral y la dificultad de los países emergentes para adaptarse a un mundo regido por decisiones unilaterales. En este contexto, América Latina enfrenta el desafío de diversificar sus alianzas y pensar estratégicamente su inserción en una economía global cada vez más fragmentada.