
La izquierda diversa de Nueva York: un musulmán rumbo al Ayuntamiento
A pocos días de las elecciones municipales en Nueva York, el nombre de Zohran Kwame Mamdani se ha convertido en un fenómeno político que trasciende fronteras. Hijo de inmigrantes de Uganda e India, musulmán practicante, socialista declarado y con apenas 34 años, Mamdani podría convertirse en el primer alcalde musulmán y el más joven en gobernar la ciudad más emblemática de Estados Unidos. Su candidatura no solo desafía al poderoso aparato demócrata, sino que también reconfigura el imaginario político de la izquierda estadounidense.
Un outsider que aprendió de las calles
Desde sus inicios como activista, Mamdani se ganó un lugar entre los trabajadores inmigrantes de Nueva York. En 2018, participó en una huelga de hambre junto a los taxistas de la ciudad, enfrentando las duras condiciones del sistema de licencias. Esa experiencia marcó su discurso: una política anclada en los márgenes urbanos y en quienes “viven en la oscuridad mientras otros celebran la ciudad que nunca duerme”.
Una alternativa a la política profesionalizada
Su campaña, caracterizada por un manejo brillante de las redes sociales y un contacto constante con la ciudadanía, mezcla el lenguaje digital de una generación conectada con el activismo de base. Lo acompañan enfermeros, repartidores, jubilados y jóvenes que encuentran en su figura una alternativa a la política profesionalizada.
El programa de una Nueva York asequible
En un contexto de inflación y desigualdad, su plataforma se resume en tres puntos que resuenan con fuerza entre los votantes de clase media y baja:
- Congelar los alquileres durante cuatro años.
- Transporte público gratuito en los autobuses.
- Guarderías sin costo para familias con niños pequeños.
Sus propuestas, calificadas de populistas por sus rivales, le han ganado el apoyo de un vasto electorado cansado del elitismo político. Frente a él se alza el exgobernador Andrew Cuomo, símbolo del establishment demócrata y del poder económico neoyorquino, que intenta resucitar su carrera política con el respaldo de los sectores más conservadores del partido.
La izquierda que desafía a Trump y al propio Partido Demócrata
Mamdani forma parte del ala progresista de los Socialistas Demócratas de América (DSA), el mismo espacio político que catapultó a Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez. Para muchos analistas, su posible victoria representaría el punto más alto del movimiento socialista en Estados Unidos desde los años 30.
Pero su éxito también plantea un dilema para los demócratas: ¿puede una izquierda multicultural y abiertamente anticapitalista ganar más allá de las grandes ciudades? Algunos estrategas temen que su figura sea usada por los republicanos como arma propagandística, especialmente en estados conservadores.
Palestina, identidad y poder
Mamdani no ha eludido temas espinosos. Su defensa del pueblo palestino y sus críticas a Israel lo enfrentaron con sectores influyentes de la comunidad judía neoyorquina y con el lobby proisraelí del Partido Demócrata. Aun así, su mensaje ha calado en una generación que ve con creciente distancia la política exterior de Washington en Medio Oriente.
En su campaña, Mamdani también ha hecho visible su identidad musulmana, un gesto de reivindicación en una ciudad marcada por el trauma del 11-S. Veinticuatro años después de los atentados, que un musulmán esté a punto de gobernar Nueva York tiene un valor simbólico inmenso.
Una nueva narrativa para la izquierda global
El ascenso de Mamdani no solo redefine la política local estadounidense: ofrece un espejo a la izquierda global. Su discurso conecta el costo de vida en Nueva York con las desigualdades estructurales del capitalismo global. Es, en esencia, la versión neoyorquina del progresismo que en América Latina, Europa o África busca combinar justicia social con diversidad cultural.
De activista a alcalde: el fenómeno Mamdani y la nueva ola progresista en EE. UU
“Los demócratas tenemos mucho que aprender de él”, dijo la congresista Nydia Velázquez. Y quizás no se refiera solo a los demócratas estadounidenses, sino a todas las fuerzas progresistas que intentan reconectar con una sociedad cansada de promesas vacías.
Nueva York ante su espejo: ¿puede gobernar un socialista musulmán la capital del capitalismo?
El martes, Nueva York decidirá si ese cambio se materializa en las urnas. Y el mundo observará si la ciudad que nunca duerme está lista para despertar a una nueva era política.
