
Por Perspectiva Internacional – 11 de octubre de 2025
Turquía busca recuperar influencia regional con su rol en la paz de Gaza
Más de un siglo después del fin del dominio otomano en Palestina, Turquía vuelve a poner un pie en Gaza. Esta vez no como potencia imperial, sino como parte de una misión internacional de paz destinada a supervisar el alto el fuego entre Israel y Hamás, y a facilitar la entrada de ayuda humanitaria tras dos años de devastadora guerra.
El retorno simbólico de Turquía a Palestina
El acuerdo, impulsado por Estados Unidos, Qatar y Egipto, prevé el despliegue de una fuerza multinacional encargada de monitorear el cumplimiento del pacto y asegurar una transición ordenada hacia la estabilidad. Ankara confirmó que formará parte de esa misión, junto con otros países árabes y musulmanes, en un gesto que marca un nuevo intento del presidente Recep Tayyip Erdogan por reposicionar a Turquía como potencia influyente en Medio Oriente.
De potencia otomana a actor diplomático
La decisión de Erdogan tiene un peso simbólico profundo. En 1917, las tropas británicas pusieron fin a cuatro siglos de presencia turca en Gaza. Hoy, 108 años después, los llamados Mehmetçik —como se conoce popularmente a los soldados turcos— regresan al territorio palestino bajo una bandera de paz. La prensa turca celebró el anuncio como un “retorno histórico” y una reivindicación de los vínculos religiosos y culturales que unen a Turquía con Palestina.
De imperio a mediador: el nuevo papel de Turquía en Medio Oriente
Aunque el entusiasmo nacionalista es evidente, el rol turco distará de ser militarmente protagónico. Fuentes diplomáticas en Ankara señalaron que la participación turca tendrá un carácter “más civil que militar”, centrado en la coordinación de la asistencia humanitaria y la mediación política. Aun así, la presencia de tropas turcas en una zona tan sensible vuelve a colocar a Erdogan en el centro del tablero regional.
Un delicado equilibrio entre Washington, Doha y El Cairo
Estados Unidos enviará 200 efectivos a territorio israelí para establecer un Centro de Coordinación Cívico-Militar, mientras que Turquía, Egipto, Qatar y posiblemente Emiratos Árabes Unidos integrarán la estructura operativa en Gaza. La participación de Ankara sorprende a varios analistas, considerando la tensión diplomática que ha caracterizado la relación turco-israelí en los últimos años.
Los “Mehmetçik” regresan a Gaza: historia, política y diplomacia turca
“Israel probablemente fue presionado para aceptar la presencia turca”, señaló Sinan Ülgen, director del centro de estudios EDAM, en Estambul. Sin embargo, destaca que Turquía tiene una amplia experiencia en misiones de paz, desde Afganistán y Kosovo hasta el Líbano, lo que la convierte en un socio operativo confiable para Occidente y el mundo árabe.
Una jugada con impacto interno
La decisión también responde a intereses domésticos. Para Erdogan, la causa palestina conserva un fuerte atractivo entre sus bases islamistas y nacionalistas, en momentos en que su gobierno enfrenta crecientes desafíos económicos y políticos. “La cuestión palestina reviste gran importancia para nosotros”, afirmó el canciller Hakan Fidan, subrayando los lazos “espirituales e históricos” que unen a Turquía con Jerusalén y Gaza.
Un aliado pragmatico de Estados Unidos y las potencias árabes
Al posicionarse como garante de la paz y defensor de los derechos palestinos, Ankara busca equilibrar su imagen internacional: un actor musulmán comprometido con la justicia regional, pero también un aliado pragmático dentro del entramado diplomático que lideran Estados Unidos y las potencias árabes.
Erdogan y el retorno simbólico a Tierra Santa
Más allá de la coyuntura, el retorno de tropas turcas a Gaza reaviva una memoria histórica que Erdogan explota con habilidad política. Para sectores del oficialismo, el despliegue es una manera de “cumplir con las responsabilidades ante la historia”, evocando la época en que el Imperio otomano fue custodio de los lugares sagrados del islam.
La apuesta de Erdogan: paz, poder y simbolismo en Gaza
En un contexto de redefinición de liderazgos en el mundo musulmán, Ankara ve en Gaza una oportunidad de recuperar prestigio regional y proyectar una imagen de poder estabilizador. El desafío será mantener ese equilibrio entre ambición simbólica y compromiso real con la paz.


