Perspectiva Internacional

Retroceso en derechos humanos en el Sahel

 El nuevo código penal de Malí y su impacto en la región

La reciente aprobación del nuevo código penal en Malí representa una de las decisiones más preocupantes en términos de derechos humanos en la región del Sahel. Este cambio legislativo, promovido por el ministro de Justicia, Mahamadou Kassogué, y respaldado por el Consejo Nacional de Transición (CNT), criminaliza la homosexualidad y penaliza cualquier defensa de los derechos de la comunidad LGTBIQ+. Aunque el código aún debe ser aprobado formalmente por la cúpula militar que gobierna Malí desde 2021, su contenido ya ha generado críticas tanto dentro como fuera del país, resaltando un claro retroceso en los compromisos de derechos humanos que Malí y otros países de la región han asumido a nivel internacional.

Tendencia preocupante en el Sahel

Este endurecimiento legislativo se presenta como una “adaptación a las realidades sociales actuales,” según el CNT. Sin embargo, es evidente que responde más a presiones de sectores conservadores y a una tendencia preocupante en el Sahel, donde el debilitamiento de derechos individuales y la creciente influencia de líderes religiosos radicales están afectando gravemente a la comunidad LGTBIQ+. Países como Burkina Faso y Níger, que junto con Malí forman la Alianza de Estados del Sahel (AES), también han implementado restricciones similares en los últimos años, intensificando una narrativa de exclusión y estigmatización hacia estas personas.

Un golpe a la igualdad y la dignidad humana

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, impulsada por las Naciones Unidas, promueve un mundo en el que “nadie quede atrás”, y requiere que los países miembros defiendan los derechos de todas las personas, sin importar su identidad o expresión de género. Sin embargo, la aprobación de este código en Malí demuestra una preocupante desconexión entre los compromisos globales y la realidad política regional. La criminalización de la homosexualidad y la prohibición de la defensa de estos derechos fundamentales implican, en la práctica, la imposición de un clima de censura y miedo en el que cualquier manifestación de apoyo a la diversidad sexual se convierte en un acto punible.

Fragmentacion social

Esta situación es especialmente preocupante en el contexto de un Sahel marcado por conflictos armados y tensiones políticas constantes. El fortalecimiento de legislaciones que penalizan la homosexualidad y limitan libertades individuales no solo aumenta la vulnerabilidad de la comunidad LGTBIQ+, sino que también profundiza la fragmentación social en una región que necesita más cohesión y menos divisiones para enfrentar sus desafíos.