Por Perspectiva Internacional – 9 de julio de 2025
Una nueva oferta de alto el fuego en un contexto de guerra, geopolítica e intereses compartidos
La escena no deja de ser llamativa: por segunda vez en menos de 24 horas, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Donald Trump. Una visita fuera de lo habitual que confirma no solo la estrecha relación entre ambos líderes, sino también la urgencia y la trascendencia del tema que los ocupa: un posible alto el fuego en Gaza, propuesto por Washington, que podría marcar un giro en uno de los conflictos más prolongados y cruentos del escenario internacional reciente.
El plan contempla una tregua de 60 dias
El plan de Trump, que contempla una tregua de 60 días y la liberación escalonada de rehenes, ha sido calificado por Netanyahu como “una buena oferta”. Sin embargo, el primer ministro advirtió que su aceptación no implica el fin de la guerra: Tel Aviv insiste en que debe completar sus objetivos militares en Gaza, entre ellos, eliminar la infraestructura de Hamás y liberar a los rehenes restantes.
La ofensiva israelí y el costo humanitario
Desde octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un ataque sorpresa que dejó 1.200 muertos en Israel y capturó a 250 personas, el conflicto se ha intensificado de manera brutal. Según cifras de las autoridades sanitarias gazatíes, al menos 57.500 personas han muerto en la Franja en los últimos 21 meses a causa de la ofensiva israelí.
Esperan que la tregua entre en vigor el fin de semana
El enviado especial de Trump para Oriente Próximo, Steve Witkoff, explicó los términos del acuerdo propuesto, que incluye la liberación de 10 rehenes vivos y la entrega de los cuerpos de otros nueve. De los 50 rehenes que aún estarían en manos de Hamás, se estima que cerca de 20 siguen con vida. Witkoff confía en que la tregua pueda entrar en vigor antes del final de esta semana.
Geopolítica, poder blando y campaña electoral
La visita de Netanyahu también tiene una dimensión simbólica. En un gesto que roza lo personal, el primer ministro israelí llevó consigo una carta para nominar a Trump al Premio Nobel de la Paz. No es la primera propuesta en ese sentido: tanto Pakistán como varios legisladores republicanos han promovido su candidatura, destacando el rol del presidente estadounidense en otras mediaciones recientes, incluida la desescalada entre India y Pakistán.
Netanyahu denuncio una supuesta campaña de desinformación
En paralelo, Netanyahu denunció ante el Congreso una supuesta campaña de desinformación en redes sociales contra Israel, especialmente entre sectores progresistas de Estados Unidos. Prometió intensificar sus esfuerzos comunicacionales para “difundir la verdad” y frenar lo que considera una erosión del apoyo estadounidense.
Una relación excepcional y un conflicto mayor
Con tres visitas a Washington en cinco meses, y dos encuentros en un mismo viaje, Netanyahu se consolida como un aliado privilegiado de Trump. Ambos mandatarios no solo comparten afinidades ideológicas y estratégicas, sino también una visión de la diplomacia basada en la fuerza y la confrontación. No es casual que Trump, con apoyo israelí, haya decidido atacar recientemente instalaciones nucleares en Irán, una acción que precipitó el fin de una breve pero peligrosa guerra con Teherán.
Nunca hubo un nivel de coordinación tan alto
“Nunca ha habido un nivel de coordinación tan alto entre Israel y Estados Unidos como ahora”, afirmó Netanyahu. Y no dejó dudas de a quién le atribuye ese logro: “Gracias al presidente Trump”.
Un futuro incierto
Mientras se negocia contrarreloj una tregua que podría aliviar el sufrimiento de millones en Gaza, el conflicto sigue vivo en múltiples frentes: en el campo de batalla, en la diplomacia regional, y en la arena política interna de Estados Unidos. Trump busca consolidar su imagen como pacificador global en plena campaña electoral, mientras Netanyahu intenta equilibrar las presiones militares, políticas y mediáticas que lo rodean.
La tregua podría redefinir los equilibrios de poder en Oriente Medio
El plan de alto el fuego está sobre la mesa. Lo que ocurra en las próximas horas —y cómo se lo perciba en las calles de Gaza, Tel Aviv y Washington— podría redefinir los equilibrios de poder en Oriente Medio y más allá.
