
Por Perspectiva Internacional
Con el muere una filosofia de vida convertida en politica
Este 13 de mayo, América Latina perdió a una de sus figuras más singulares: el expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica falleció a los 89 años, tras una prolongada lucha contra el cáncer. Mujica no fue un político más. Fue símbolo de una forma de liderazgo que desafió el poder desde la austeridad, el campo y la coherencia personal. Con él muere no solo un expresidente, sino una filosofía de vida convertida en política.
Reivindico en derecho a viviir con poco y pensar en grande
Mujica fue guerrillero, prisionero político, legislador, ministro, presidente y referente internacional. Su biografía no admite zonas grises. Se unió a los Tupamaros en los años 60, fue capturado, torturado y encerrado durante más de una década bajo condiciones inhumanas. De aquel encierro no salió derrotado, sino moldeado. Se hizo conocido por sus reflexiones íntimas, pronunciadas desde la profundidad de la experiencia y el dolor. Reivindicó el derecho a vivir con poco y pensar en grande.
En una era de lideres pomposos Mujica fue la anti-estrella
En 2010, llegó a la presidencia de Uruguay con casi el 55% de los votos. Desde el poder, impulsó una agenda de transformación progresista que puso a Uruguay en el mapa mundial de la innovación democrática: legalizó el aborto, el matrimonio igualitario y la marihuana. Pero fue su forma de ejercer el poder —con botas de barro, un viejo escarabajo, y una casa de campo como oficina— lo que capturó la atención global. En una era de líderes pomposos, Mujica fue la anti-estrella.
“ en la vida hay heridas que no tienen cura y hay que aprender a vivir con ellas”
No todo fueron aplausos. Se le reprochó su tibieza frente a los crímenes de la dictadura uruguaya y su decisión de no exigir justicia con la dureza que muchos esperaban. Mujica respondió siempre desde la ética del perdón y la necesidad de seguir adelante: “En la vida hay heridas que no tienen cura y hay que aprender a vivir con ellas”.
“ Cuanto mas tenes menos feliz sos” les dijo a los jovenes
Su retiro de la política activa en 2018 no significó silencio. Mujica siguió opinando, reflexionando y desafiando al sistema consumista. Su advertencia a los jóvenes fue clara: “Cuanto más tenés, menos feliz sos”. Fue un recordatorio permanente de que la política, para tener sentido, debe estar enraizada en la vida real, en el tiempo para vivir, en la libertad de elegir.
Lucia Topolansky la companera de toda la vida
Vivió y murió en su chacra, rodeado de tierra, plantas y su compañera de toda la vida, Lucía Topolansky. Allí pidió ser enterrado, bajo la secuoya donde descansa también su perra Manuela. En su despedida no hubo bronce ni epopeya. Solo la coherencia brutal de quien eligió morir como vivió: liviano de equipaje.
“Liviano de equipaje”
Con Mujica se va el último líder latinoamericano que pudo hablar con Lula y con Obama, que conmovió a Kusturica y desafió a los reyes. Pero sobre todo, se va un hombre que hizo de la política una forma de pensar la existencia. Su legado no está en las instituciones, sino en la conciencia colectiva de una región que aún busca un camino entre la justicia social y la dignidad personal.
Murio diciendo que no tiene cuentas para cobrar
Como él mismo dijo: “Moriré feliz. Gasté soñando, peleando, luchando. No importa, no tengo cuentas para cobrar”.