El parlamento de Georgia prohíbe la propaganda LGBT y el Cambio de Sexo. El 27 de junio de 2024, aprobó en una primera lectura una serie de leyes controvertidas que prohíben la “propaganda LGBT” y las operaciones de cambio de sexo. Estas leyes, promovidas por el partido gobernante Sueño Georgiano, buscan restringir los derechos de la comunidad LGBT y alejar aún más a Georgia de la Unión Europea.
Contexto y Contenido de las Nuevas Leyes
Las nuevas leyes prohíben el matrimonio entre personas del mismo sexo y cualquier tipo de “uniones matrimoniales alternativas“. También restringen la adopción de niños por parte de personas que se identifican con un género diferente o que tienen una orientación sexual “no tradicional“. Además, se prohibirá la cirugía de reasignación de género y la indicación de un género diferente al biológico en los documentos oficiales.
El Parlamento aprobó estas leyes con el voto de 78 diputados, mientras que los parlamentarios de la oposición se abstuvieron de votar. Aún quedan dos votaciones más en otoño para que estas leyes sean aprobadas definitivamente.
Restricciones en los Medios de Comunicación y la Educación
Las leyes también buscan poner fin a lo que se denomina “propaganda LGBT” en las instituciones educativas y la difusión de información que popularice las relaciones “no tradicionales“. Esto representa un intento de limitar la visibilidad y la aceptación de la comunidad LGBT en el ámbito público y educativo.
Reacciones y Consecuencias Internacionales
La aprobación de estas leyes ha generado una fuerte reacción tanto dentro como fuera de Georgia. En julio de 2023, opositores a los derechos de los homosexuales quemaron banderas LGBT y de la Unión Europea durante el desfile del Orgullo en Tbilisi, lo que muestra la tensión y la división en la sociedad georgiana respecto a estos temas.
El alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ya había criticado anteriormente la “ley rusa” de Georgia, una legislación que obliga a las empresas y ONG que reciben más del 20% de su financiación del exterior a registrarse como “defensoras de los intereses de una potencia extranjera“. Según Borrell, esta ley va en contra de las ambiciones de adhesión de Georgia a la UE y debería ser eliminada.
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Con la aprobación de estas nuevas leyes, Georgia se aleja aún más de la integración europea, una decisión que podría tener repercusiones significativas en sus relaciones internacionales y en su futuro político.
La aprobación de estas leyes representa un paso atrás en los derechos de la comunidad LGBT en Georgia y un movimiento político que podría aislar aún más al país en la arena internacional. La situación continúa siendo tensa y el desenlace de las próximas votaciones en otoño será crucial para determinar el futuro de estas políticas y la dirección que tomará Georgia en los próximos años.
