Perspectiva Internacional

El ascenso de los BRICS+

 ¿El principio de un nuevo orden global?

 ¿El principio de un nuevo orden global?

La reciente cumbre de los BRICS en Kazán, Rusia, ha dejado en claro que el bloque de naciones emergentes está decidido a redibujar el mapa de poder global. Con la inclusión de Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, el grupo original —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— ha ampliado sus fronteras, y con ello su influencia. Este crecimiento no solo fortalece el bloque, sino que también subraya el rol de China como líder indiscutible en esta alianza que muchos ya ven como una alternativa seria al dominio de Occidente.

China y Rusia: los arquitectos del cambio

La expansión de los BRICS responde en gran medida a la estrategia de China, que, junto a Rusia, parece liderar este frente antioccidental. Xi Jinping ha logrado posicionar a su país como el “primus inter pares” del grupo, configurando una red de relaciones bilaterales dentro de los BRICS+ que recuerda a su ambiciosa Iniciativa de la Franja y la Ruta. Al mismo tiempo, Vladimir Putin, pese a las sanciones y el aislamiento internacional, ha conseguido alinear al grupo con una narrativa de oposición a Occidente.

La declaración conjunta de Kazán, cargada de retórica antioccidental, refleja este espíritu. No es solo una demanda por un mundo multipolar, sino también un desafío abierto al modelo liberal. La paradoja está en que la declaración asume valores como la democracia y el respeto a la soberanía, mientras que algunos de sus miembros han sido criticados precisamente por no cumplir estos principios.

¿Hacia un sistema financiero alternativo?

Uno de los puntos más ambiciosos de la cumbre ha sido la desdolarización. Aunque el proyecto de un sistema de pagos propio, el BRICS Clear, aún está en evaluación, China y Rusia insisten en reducir la dependencia del dólar. No es casualidad: una economía sin ataduras al dólar beneficia tanto a China, que busca internacionalizar el renminbi, como a Rusia, que evade sanciones occidentales.

Sin embargo, no todos los miembros están alineados en este esfuerzo. Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo, tiene su moneda vinculada al dólar, y la India recela de la posible hegemonía del renminbi en este nuevo sistema. Aun así, los acuerdos monetarios avanzan, y el Banco Popular de China ya ha establecido líneas de crédito en renminbis con varios países del grupo.

El impacto en las instituciones globales

Otro mensaje claro de Kazán es la intención de reformar las instituciones multilaterales, desde la ONU hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Los BRICS+ buscan un rol más relevante para el Sur Global en estas entidades. Además, impulsan instituciones alternativas, como el Nuevo Banco de Desarrollo, que se posiciona como un contrapeso a las instituciones financieras occidentales.

Un desafío para Occidente

La expansión de los BRICS+ y su creciente cohesión bajo la batuta de China y Rusia deberían hacer sonar las alarmas en Occidente. Este bloque no solo crece en tamaño, sino también en convicción, con una agenda cada vez más marcada por una visión multipolar que desafía el orden establecido. Para las potencias occidentales, este nuevo panorama exige una respuesta. Ofrecer una alternativa real y atractiva al Sur Global, que mitigue la influencia del bloque liderado por China, es crucial para equilibrar el poder en un mundo en rápida transformación.