
Por Perspectiva Internacional – 17 de junio de 2025
El ataque a Irán reconfigura el tablero geopolítico de Medio Oriente
El ataque sin precedentes de Israel contra instalaciones estratégicas de Irán ha generado múltiples interrogantes más allá del objetivo declarado de frenar el programa nuclear persa. Si bien la operación busca frenar el desarrollo de armas nucleares, la magnitud de los bombardeos, la selección de blancos y los mensajes oficiales sugieren una ambición aún más profunda: un eventual cambio de régimen en Teherán.
Israel busca debilitar la legitimidad del gobierno Irani
Desde el inicio de los ataques, el viernes pasado, Israel no solo ha golpeado instalaciones nucleares y de misiles, sino que también ha apuntado directamente contra figuras clave del aparato militar iraní y científicos de alto nivel. Estas decisiones, interpretadas por analistas como una estrategia para desestabilizar al régimen islámico, buscan debilitar su legitimidad tanto interna como externa, sobre todo entre sus aliados en la región.
Netanyahu y el mensaje directo al pueblo iraní
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no dejó lugar a ambigüedades. En un mensaje en video difundido poco después del inicio de la operación —bautizada como León Ascendente—, se dirigió directamente al pueblo iraní: “El régimen que los ha oprimido durante casi 50 años amenaza con destruir nuestro país. Esta es su oportunidad de alzarse y hacer oír su voz”.
Expertos sospechan que Israel busca una insurreccion en Iran
El tono del discurso, orientado más a los ciudadanos que a los líderes, confirma lo que muchos expertos internacionales sospechan: que Israel busca fomentar una insurrección interna en Irán. Para algunos analistas, este enfoque explica por qué Israel ha intentado minimizar las bajas civiles, una medida estratégica para evitar que la ofensiva provoque una ola de nacionalismo en defensa del régimen.
¿Una revolución posible?
Pero ¿es realista pensar en un levantamiento popular en Irán como consecuencia de estos ataques? No necesariamente. A pesar del duro golpe recibido, décadas de hostilidad entre ambos países han enraizado en la población iraní una fuerte animadversión hacia Israel. Aunque existe malestar por la corrupción y la represión del régimen, eso no se traduce automáticamente en apoyo popular a una ofensiva extranjera.
El gobierno Islamico nunca estuvo tan debil
“El régimen islámico no ha estado nunca tan débil, pero nadie puede predecir qué condiciones permitirían el surgimiento de una oposición con fuerza suficiente”, señaló Michael Singh, del Instituto de Washington para la Política del Cercano Oriente. Aún más prudente fue la embajada israelí en Washington, que declaró: “El futuro de Irán puede ser decidido únicamente por el pueblo iraní”.
Sin reacción nacionalista ni respuesta efectiva
A contramano de lo que muchos analistas esperaban, el ataque israelí no provocó una fuerte reacción nacionalista en Irán. El exasesor de seguridad nacional de Donald Trump, John Bolton, señaló en el Wall Street Journal que la respuesta del régimen fue “ineficaz y desproporcionada”, lo que evidencia, a su juicio, la creciente debilidad del liderazgo iraní.
Desde su perspectiva, los ataques han tenido un impacto estratégico considerable: han afectado la infraestructura energética, agravado la crisis económica y amplificado el descontento social, especialmente fuera de las grandes ciudades. Pero Bolton, como otros halcones del escenario internacional, descarta que esto escale a una guerra de gran envergadura.
Israel y su ofensiva geopolítica más ambiciosa
Lo ocurrido forma parte de una estrategia más amplia que Israel viene desplegando desde octubre de 2023, cuando Netanyahu prometió “cambiar Oriente Medio”. Según Foreign Policy, lo que parecía entonces una simple declaración política, hoy toma forma concreta: la operación contra Irán busca asestar el golpe final al denominado Eje de la Resistencia, encabezado por Teherán y sus aliados como Hezbolá y los remanentes de Hamás.
Israel ha fortalecido su posicion estrategica en la region
La publicación estadounidense destaca que, pese al alto costo humano y la destrucción en Gaza, Israel ha fortalecido su posición estratégica en la región. Mientras la guerra en Gaza y Cisjordania sigue, ya sin un objetivo militar claro, las ofensivas israelíes responden ahora a una lógica más política: garantizar su supremacía regional frente a la amenaza iraní y avanzar en la agenda de anexión de territorios.
América Latina observa con atención
En medio de este reordenamiento del poder en Medio Oriente, los países latinoamericanos —muchos de ellos con relaciones diplomáticas tanto con Israel como con Irán— se enfrentan al dilema de tomar posición sin comprometer sus intereses estratégicos. La comunidad internacional, por su parte, aún debate cómo responder ante una escalada que, aunque no ha provocado una guerra mundial, sí amenaza con redefinir los equilibrios globales.
El futuro del Iran, más allá del poderío militar israelí, dependerá en última instancia del pueblo iraní. Pero lo que está claro es que Oriente Medio ya no será el mismo después de esta ofensiva.