Perspectiva Internacional

Estados Unidos al borde de un mundo más peligroso

El próximo presidente de Estados Unidos podría encontrarse enfrentando un panorama geopolítico más peligroso que cualquier otro desde 1945. Según el informe de la Comisión de Estrategia de Defensa Nacional, comisión bipartidista creada en el Congreso para estudiar el riesgo de una guerra global ,establece que los próximos años presentan el riesgo inminente de una guerra global, con potenciales enfrentamientos simultáneos contra China, Rusia y otros actores. Este contexto marca una nueva realidad estratégica que reta las capacidades actuales del país.

En un escenario de creciente inestabilidad, la reputación de Estados Unidos de no poder guardar secretos, como advierten funcionarios y analistas internacionales, pone en duda su capacidad para responder eficazmente a estos desafíos. La filtración de información ha generado tensiones con aliados y ha complicado su manejo de conflictos. La reciente guerra en Ucrania , el fortalecimiento militar de China con vistas a una posible invasión de Taiwán y la escalada de tensiones en Oriente Medio exigen una respuesta firme y coordinada.

El informe de la Comisión, preparado por la ex congresista de California Jane Harman, Eric Edelman, ex subsecretario de defensa, el general retirado John Keane y otros cinco ex altos funcionarios, hace un llamado urgente a una reforma profunda del Pentágono y otras agencias gubernamentales, acompañado de un aumento de los recursos de defensa. Sin embargo, este tipo de transformaciones implican un proceso largo y muy discutido, especialmente en un año electoral.

Los mensajes de los dos principales candidatos para las elecciones de noviembre—Kamala Harris y Donald Trump—se enfocan en cuestiones internas, mientras que la cuestión internacional parece quedar en un segundo plano, mientras en la comisión se habla de que China está alistando su ejército para invadir Taiwan  en 2027 y la necesidad de apoyar a Ucrania por un lado y al mismo tiempo disuadir a Rusia de apoderarse de tierras. Harris se presenta como la líder de una campaña de optimismo y unidad, comprometida con mantener el papel de Estados Unidos como líder democrático global. Trump, por otro lado, defiende una agenda de reducción de inmigración y repliegue de los compromisos internacionales, poniendo en duda el rol tradicional de Estados Unidos en la defensa de sus aliados.

Este vacío en la discusión sobre política exterior puede tener graves consecuencias. Las maniobras militares que Estados Unidos ha venido desarrollando desde 2020 en Europa y el Pacífico, aunque necesarias, no son suficientes. El riesgo de múltiples conflictos simultáneos subraya la importancia de una preparación estratégica integral, que incluye tanto el poderío militar como la capacidad industrial para sostener una guerra prolongada. La gran incógnita es si la administración que llegue al poder en 2025 estará a la altura de las circunstancias. Por supuesto, no todas estas decisiones pueden esperar el resultado de la elección, de manera tal, que el Pentágono y los mandos militares ya están planificando ejercicios militares en 2025, en Europa y océano pacifico.

Incógnitas en curso
Pero el informe de la Comisión de Estrategia de Defensa Nacional admite que tales maniobras pueden no ser suficientes, al menos si Estados Unidos y sus aliados tampoco se aseguran de tener la capacidad industrial y humana lista para librar una guerra simultánea con múltiples enemigos al mismo tiempo. Cómo podría hacer eso la próxima administración, por supuesto, sigue siendo otra cuestión.

Antes y después de la invasión de Ucrania en 2022, la administración de Joe Biden enfatizó su compromiso de proteger a los miembros europeos de la OTAN. Biden también fue el presidente estadounidense más franco de la historia reciente, admitiendo que utilizaría la fuerza militar estadounidense para defender a Taiwán, yendo más allá del lenguaje deliberadamente silenciado de “ambigüedad estratégica” utilizado con mayor frecuencia por presidentes y funcionarios estadounidenses anteriores.
Múltiples fuentes informan que la administración Biden ha hecho todo lo posible desde finales de 2022 para hacerle saber a Rusia que su uso de cualquier arma nuclear táctica en Ucrania desencadenaría un ataque convencional inmediato y masivo por parte de Estados Unidos contra el ejército ruso.
De ser cierto, sirve como recordatorio de que el poder militar estadounidense aún puede actuar como un poderoso elemento disuasivo en algunos casos, aunque no lo suficiente como para detener los enfrentamientos más limitados que aún se observan en Ucrania.
Sin este elemento de disuasión estadounidense, parece poco probable que el equipo del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyi arriesgue su actual ofensiva en suelo ruso.

Pero las autoridades de Kiev parecen haber mantenido a Washington en la ignorancia sobre su planificación, quejándose de que cualquier otra cosa probablemente daría lugar a filtraciones inmediatas al Washington Post y al New York Times.
La reputación de Estados Unidos de ser incapaz de guardar secretos no augura nada bueno para una era más peligrosa por venir.
Los funcionarios y analistas ucranianos dicen que han aprendido mucho de Israel, que ha tratado de ignorar los llamados de Estados Unidos a la moderación en la guerra en Gaza y más allá, y ha dejado que el ejército estadounidense responda a los ataques con misiles respaldados por Irán en el Mar Rojo, Irak y Siria.
Por ahora, tanto los aliados como los adversarios de Estados Unidos están trabajando para asegurarse de que estén preparados para negociar con cualquiera de los diferentes candidatos presidenciales. Preguntas incómodas
Por ahora, la plataforma oficial de política exterior de los demócratas es simplemente la de Biden. Pero se habla de que Harris podría querer incorporar un nuevo grupo de asesores, potencialmente con políticas diferentes. Tampoco está claro que necesariamente seguirá las decisiones y enfoques de Biden.
Trump dice que quiere forzar un acuerdo de paz en Ucrania si gana, aunque el gobierno de Kiev ha indicado que preferiría ver un acuerdo con otros (como China) y que su ofensiva actual está diseñada en parte para moldear ese resultado, ya que, si necesario y apoderarse del territorio ruso para comerciar durante las negociaciones.  

Algunos sospechan que la administración Harris podría eventualmente buscar un acuerdo de paz. Eso alarmaría a aquellos en Europa que temen que Putin se rearme una vez que termine la guerra en Ucrania y que tal vez deseen probar o, idealmente, desmantelar la OTAN arrebatando territorio a un miembro oriental de la OTAN