En el año que se inicia, los rusos no pueden esperar calma o alivio. La promesa de un retorno a la paz parece cada vez más lejana, adentrándose en las profundidades del tiempo de guerra perpetuo. El Kremlin, guiado por su estilo , ha trazado una ruta que abarca entre otros temas un marcado giro hacia la militarización de la sociedad.
La afirmación del presidente Putin, realizada durante una conversación con Xi Jinping el año pasado, en el sentido que la guerra en Ucrania durara al menos cinco años, sigue resonando. Los planes de Rusia no han variado desde entonces. En los discursos de Año Nuevo, tanto el presidente como el ministro de Defensa resaltaron el rápido crecimiento de la industria militar rusa, cuyo auge económico en 2023 se atribuye principalmente al complejo militar-industrial.
El primer Mnistro ruso Andrei Belousov dijo que Rusia planea producir mas de 32000 drones al año para 2030, y agrego que los fabricantes nacionales representan el 70% del mercado.
Si se construyen los vehículos aéreos no tripulados anunciados, que mayoritariamente son utilizados en la guerra con Ucrania, serán tres veces más de la producción actual.
La maquinaria rusa de producción de armas parece imparable. Aun cuando el presidente quisiera detenerla, en otras épocas Bulgaria, Irán y otros eran proveedores, ahora pareciera que la decisión es incrementar la producción de la industria nacional.
La militarización de la economía se ha convertido en un actor central que sin conflictos bélicos podría hacer colapsar el sistema.
El panorama político ruso, esta definido, habrá elecciones en marzo y Vladimir Putin las enfrenta con la mayor popularidad de su carrera política y sin oposición, quien aparecía como posible opositor alexei Navalny está detenido en el circulo polar ártico, dejando claro que las elecciones serán un mero trámite.
La mirada de Putin se extiende ahora más allá de las fronteras políticas, adentrándose en lo que denomino “ lucha por la moralidad” y los debates sobre el aborto se encuentran en el centro de la agenda presente y futura, como asi también las tensiones sobre la pena de muerte y los conflictos con la comunidad LGBT.
En 2024 la maquinaria de guerra rusa, no solo se vera en los campos de batalla, también estará presente en la vida diaria de los ciudadanos. Es una sociedad que enfrentara un futuro marcado por la militarización y el control estatal.