
un puente caído y una identidad tambaleante
La imagen de Alemania como una potencia industrial y modelo de eficiencia ha sufrido un duro golpe con el derrumbe del puente de Carola en Dresde el pasado 11 de septiembre. Aunque no hubo víctimas, los escombros simbolizan una crisis mayor: el país enfrenta un estancamiento económico, infraestructuras en deterioro y una incertidumbre sobre su papel en un mundo dominado por Donald Trump, Vladímir Putin y Xi Jinping.
Ambiente de desanimo e inseguridad
A pocos días de las elecciones legislativas anticipadas del 23 de febrero, Alemania vive un ambiente de “desánimo e inseguridad”, según el economista Rolf Langhammer. La economía alemana, estancada desde 2019 y con un PIB en contracción en los últimos dos años, enfrenta retos estructurales graves. La industria automotriz, antaño una de sus fortalezas, lucha contra la competencia china y la transición hacia el vehículo eléctrico, mientras que el colapso del suministro de energía barata desde Rusia ha elevado los costos industriales.
Crisis identitaria
La crisis no es solo económica, sino también identitaria. Tras la Segunda Guerra Mundial, Alemania construyó su nueva identidad sobre la estabilidad económica y la confianza en su ingeniería de calidad. Ahora, el crecimiento de la extrema derecha y el descontento generalizado reflejan una nación en busca de respuestas. Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), aparece como favorito en las encuestas, pero el auge de Alternativa para Alemania (AfD) amenaza con trastocar el tradicional consenso político del país.
El resultado de muchos anos de austeridad fiscal
La falta de inversión en infraestructuras es otra señal del declive. Como explica el alcalde de Dresde, Dirk Hilbert, las ciudades y municipios carecen de los fondos necesarios para el mantenimiento básico. Esta situación se replica en toda Alemania, con puentes cerrados y vías en mal estado, reflejando la consecuencia de años de austeridad fiscal.
Esta en riesgo la proteccion militar de Estados Unidos
En el contexto global, Alemania también enfrenta un desafío existencial. La protección militar de Estados Unidos, garantizada durante décadas, está en riesgo con el regreso de Trump a la Casa Blanca. Europa, que confió en un orden internacional basado en reglas, se encuentra ahora en una encrucijada ante potencias que desafían esas normas.
Un pais que tambalea ante el cambio de era
Los próximos años serán decisivos para Alemania. Su capacidad de adaptarse a una nueva realidad global, reactivar su economía y definir su identidad determinarán si el colapso del puente de Carola es solo un incidente aislado o el símbolo de un país que se tambalea ante el cambio de era.