Zelensky y Orbán en la Cumbre de la OTAN reflejan las dos caras de la política europea actual. La reciente cumbre de la OTAN en Washington ha mostrado dos posturas muy distintas: por un lado, Volodímir Zelensky, presidente de Ucrania, buscaba fervientemente apoyo para su país en la lucha contra la invasión rusa; por otro, Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, se encontraba aislado y bajo crítica por sus recientes acciones y alianzas.
Zelensky: Compromisos Pero No Adhesión
Zelensky llegó a la cumbre con grandes expectativas, especialmente en lo referente a la adhesión de Ucrania a la OTAN. Aunque no logró una oferta formal de ingreso, sí obtuvo importantes compromisos de ayuda militar y pasos para la futura incorporación de su país a la Alianza. Los líderes de la OTAN han declarado “irreversible” el camino de Ucrania hacia la adhesión, estableciendo un nuevo mando de coordinación de ayuda y una oficina civil en Kiev.
Además, se anunciaron nuevos envíos de armamento, incluyendo baterías de defensa antiaérea, sistemas tácticos y un nuevo paquete de ayuda estadounidense por valor de 225 millones de dólares. Los primeros cazas F-16 también están en camino, con los aliados comprometiéndose a entregar al menos 40,000 millones de euros en ayuda militar el próximo año.
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Sin embargo, no todas las metas de Zelensky fueron alcanzadas. No logró que los aliados eliminaran las limitaciones para usar equipos militares en territorio ruso, un factor que considera crucial para cambiar el terreno de juego en la guerra contra Rusia.
Orbán: Aislamiento y Críticas
En contraste, Viktor Orbán se encontró en una posición incómoda durante la cumbre. Su reciente visita a Rusia y China, descrita como una “misión de paz”, ha sido vista por muchos como una legitimación de la invasión rusa de Ucrania. Esta postura, junto con su negativa a apoyar una OTAN más enfocada en contrarrestar a China, lo ha aislado de sus socios occidentales.
El líder húngaro también se reunió con Donald Trump, lo que generó más controversia. La administración Biden ha expresado su desaprobación por cualquier acción que intente alcanzar un acuerdo de paz sin la participación ucraniana, subrayando la importancia de la política exterior estadounidense en apoyar a Kiev.
Las Dudas en Torno a Biden
La cumbre también estuvo marcada por las dudas sobre la capacidad de Joe Biden para competir en las próximas elecciones presidenciales. Sus lapsus y errores durante el evento han incrementado las preocupaciones sobre su estado físico y mental, generando temores sobre el futuro de la política exterior estadounidense.
Si Trump, que ha criticado duramente a la OTAN en el pasado, regresa a la Casa Blanca, podría forzar un acuerdo entre Ucrania y Rusia, alterando significativamente la postura actual de Estados Unidos y la Alianza.
Conclusiones de la Cumbre
La cumbre de la OTAN en Washington ha dejado claras las tensiones y divisiones dentro de la Alianza. Mientras Zelensky lucha por el apoyo necesario para defender a su país, Orbán sigue un camino que lo aísla de sus aliados. En el centro de todo, las incertidumbres en torno al liderazgo de Biden plantean preguntas críticas sobre el futuro de la OTAN y la estabilidad global.
En algunos medios de Europa del Este se comenta que grupos del candidato a Presidente de Estados Unidos Donald Trump y de Vladimir Putin estarían analizando acciones en dirección a la finalización de la guerra en caso de que Trump resultara electo.
La imagen de Zelensky rodeado de líderes euroatlánticos y Orbán aislado en una esquina resume perfectamente las dinámicas de esta cumbre, reflejando los desafíos y contradicciones que enfrenta la OTAN en estos tiempos turbulentos.