La reciente erupción volcánica seguida de un devastador tsunami ha dejado a Tonga en una situación de emergencia. La Unión Europea ha respondido a la llamada de ayuda humanitaria, consciente de la magnitud del desastre. Además del impacto humano, la agricultura, fundamental para la economía del archipiélago, ha sufrido graves daños debido a la lluvia de ceniza y el efecto del tsunami.
El portavoz de la Asamblea Legislativa, Lord Fatafehi Fakafanua, subraya la importancia de la agricultura en la economía local y la urgencia de reconstruir las infraestructuras agrícolas. Con aproximadamente el 80% de la población afectada, la recuperación será un proceso largo y arduo.
La ayuda internacional está en camino, con un buque de Nueva Zelanda ya descargando suministros y Estados Unidos evaluando las necesidades específicas del país. La Unión Europea ha asumido un papel destacado en la canalización de la ayuda, financiando una parte sustancial de los costos de transporte a través de la Comisión Europea.
Mientras tanto, la tragedia en Tonga también ha tenido repercusiones en otros lugares. Perú ha declarado una emergencia ecológica de tres meses después de un derrame de petróleo en una refinería de Repsol, atribuido al tsunami en Tonga. La compañía española ha negado responsabilidad directa, alegando que el derrame fue causado por el oleaje provocado por el desastre natural en el Pacífico.
La solidaridad internacional y la coordinación son fundamentales en momentos de crisis como este, y Tonga seguramente necesitará apoyo continuo en su proceso de recuperación.