Perspectiva Internacional

Las treguas temporales en Ucrania

 acuerdos estratégicos en medio del conflicto

En medio de la guerra entre Rusia y Ucrania, las treguas temporales han demostrado ser un elemento clave para la gestión de ciertas situaciones humanitarias y logísticas. A pesar de la magnitud del conflicto, con un frente de 2.000 kilómetros y cientos de miles de soldados en combate, ambos bandos han acordado ceses de hostilidades en momentos específicos. Estas pausas, aunque limitadas en alcance y duración, han permitido desde la inspección de instalaciones nucleares hasta el intercambio de prisioneros.

La seguridad nuclear como prioridad internacional

Uno de los acuerdos más importantes en la guerra ha sido la coordinación para permitir el tránsito de inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) hacia la central nuclear de Zaporiyia. Dicha planta, la más grande de Europa, se encuentra bajo control ruso, pero requiere supervisión constante para evitar incidentes catastróficos. Para facilitar la labor del OIEA, ambos ejércitos han pactado un “silencio” temporal en áreas específicas del frente, garantizando así la seguridad de los técnicos.

Incidentes con los inspectores de OIEA

Sin embargo, estos operativos no están exentos de riesgos. En agosto de 2022, el primer convoy del OIEA fue atacado en la llamada “zona gris”, sin que se identificara al responsable. Más recientemente, un relevo de inspectores en diciembre de 2024 fue cancelado tras el ataque con un dron bomba a uno de sus vehículos. Debido a la falta de garantías, el OIEA debió modificar su procedimiento en marzo de 2025, accediendo a la central a través de Rusia, una medida excepcional que alteró el protocolo inicial.

El pacto del grano y su colapso

Otro ejemplo de tregua parcial fue el acuerdo del grano, negociado en 2022 con la mediación de la ONU y Turquía. Este pacto permitía que los buques que transportaban cereales desde los puertos ucranianos del mar Negro navegaran a través de un corredor seguro, sin riesgo de ser atacados por la marina rusa. A cambio, Moscú supervisaba los barcos para garantizar que no transportaran armamento.

La seguridad de navegacion en el mar negro es incierta

El acuerdo fue fundamental para mitigar la crisis alimentaria global, pero en 2023 el Kremlin lo canceló, alegando incumplimientos por parte de Ucrania y demandando la eliminación de sanciones económicas contra Rusia. Desde entonces, la seguridad de la navegación en el mar Negro ha sido incierta.

Intercambio de prisioneros y corredores humanitarios

Uno de los pocos aspectos en los que Rusia y Ucrania han mantenido una relativa constancia en las treguas es el intercambio de prisioneros. Estos intercambios, que han ocurrido en promedio dos veces al mes, se han realizado en la frontera con Bielorrusia, con la mediación de los Emiratos Árabes Unidos. En algunos casos, también se han llevado a cabo en el paso fronterizo entre la provincia ucraniana de Sumi y la rusa de Bélgorod, donde hasta mediados de 2024 existió un corredor humanitario supervisado por la ONU.

La fragilidad de las treguas

Sin embargo, la fragilidad de estas treguas quedó en evidencia el 24 de enero de 2024, cuando un avión ruso que transportaba 65 prisioneros de guerra ucranianos fue derribado cerca de Bélgorod. Informes de inteligencia sugieren que el ataque pudo haber sido realizado con un sistema antiaéreo ucraniano Patriot, aunque tampoco se descarta que haya sido un error de las defensas rusas. Kiev argumentó que Moscú no notificó el alto el fuego necesario para el operativo de canje, lo que derivó en la tragedia.

¿Es posible una tregua más amplia?

Estos episodios reflejan la extrema dificultad de establecer una tregua total en un conflicto de tales dimensiones. Si bien las pausas tácticas han demostrado ser viables en escenarios puntuales, la escalada de la guerra y la falta de confianza entre los bandos dificultan cualquier negociación a mayor escala. La posibilidad de un alto el fuego permanente sigue siendo un desafío logístico y político, donde cada intento de acuerdo enfrenta riesgos de incumplimiento y nuevos enfrentamientos.

A pesar de ello, las treguas temporales han servido como un atisbo de lo que podría ser un proceso de paz a largo plazo. Por ahora, continúan siendo excepciones dentro de una guerra que parece lejos de su final.