Badenoch y Jenrick se disputan la presidencia tras la retirada de Cleverley
La contienda por la presidencia del Partido Conservador británico ha tomado un giro inesperado con la salida de James Cleverley, exsecretario de Asuntos Exteriores y favorito hasta la cuarta votación. Ahora, dos candidatos permanecen en la carrera: la exministra de Negocios y Comercio, Cammy Badenoch, y el exministro de Inmigración, Robert Jenrick, quienes se disputan el liderazgo de un partido que intenta reconstruirse tras su histórica derrota en las elecciones de julio.
Un Partido Conservador debilitado y dividido
Desde las elecciones de julio de 2024, el Partido Conservador ha quedado profundamente debilitado, reduciendo su representación parlamentaria a solo 121 diputados, un número dramáticamente menor que los más de 360 que tenían en 2019. Este debilitamiento ha dificultado aún más la competencia interna por el liderazgo, donde cada voto cuenta. En la cuarta votación de los diputados conservadores, Badenoch se impuso con 42 votos, mientras que Jenrick le siguió muy de cerca con 41.
El favorito desistio
James Cleverley, quien había sido el favorito en las primeras fases de la carrera, quedó fuera al recibir solo 37 votos. Con su salida, el partido se encuentra en una fase de incertidumbre, especialmente dado que el resultado final recaerá en decenas de miles de miembros del Partido Conservador en todo el Reino Unido. Estos votarán a finales de octubre, y el ganador será anunciado el 2 de noviembre.
Las propuestas de los candidatos
Cammy Badenoch, quien pasó parte de su infancia en Nigeria, se posiciona como la candidata que aboga por una economía de libre mercado y bajos impuestos. Su mensaje ha sido claro: “reiniciar, reiniciar y reprogramar” Gran Bretaña, buscando dar un giro radical a la gestión económica del país. Este enfoque, con una visión conservadora y pro-mercado, apela a la facción más derechista del partido, que busca distanciarse de las políticas económicas fallidas de los últimos años.
Vuelta a los valores tradicionales
Por su parte, Robert Jenrick, exministro de Inmigración, ha adoptado una postura firme respecto a la reducción drástica de la inmigración y la ruptura con las leyes europeas de derechos humanos. Su enfoque más duro y su mensaje conservador tradicional lo han convertido en el favorito de los sectores que creen que una vuelta a los valores tradicionales podría revitalizar al partido y reconectar con su base electoral.
Desafíos futuros para el Partido Conservador
Independientemente de quién gane la presidencia, el líder entrante enfrentará una tarea monumental. El Partido Conservador no solo sufrió una de sus peores derrotas electorales en julio, cayendo a su nivel más bajo desde 1832. Sino que también se encuentra con un gobierno laborista liderado por Keir Starmer que, aunque ha tenido un comienzo accidentado, sigue consolidándose en el poder.
Fracasos en política económica y migratoria
Las críticas al actual gobierno, que incluyen los recortes en asistencia social y escándalos relacionados con ministros, han dado a los conservadores una esperanza renovada de recuperar el poder en los próximos años. No obstante, la reconstrucción de la confianza de los votantes será un reto considerable. Las divisiones internas, la falta de una visión clara y los fracasos en política económica y migratoria han dejado al partido en una posición delicada.
¿Qué significa esto para Argentina?
Desde una perspectiva argentina, los cambios en la política británica pueden tener implicaciones en las relaciones bilaterales y comerciales. Un eventual endurecimiento de la postura sobre inmigración por parte de Jenrick podría impactar en acuerdos de libre comercio y movimientos migratorios, mientras que una postura más pro-mercado de Badenoch podría abrir la puerta a nuevas oportunidades comerciales entre ambos países. La política sobre la disputa por las Islas Malvinas no debería estar ausente en la consideración de Argentina.