Las elecciones presidenciales en Irán se harán de manera anticipada y el panorama político en Irán enfrenta un cambio significativo que se llevarán a cabo el 28 de junio. Esta convocatoria excepcional se produce tras la trágica muerte del Presidente Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero el mes pasado, que también cobró la vida de siete miembros de su equipo, incluido el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian. Raisi, quien se perfilaba como un posible sucesor del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, había sido considerado favorito para un segundo mandato.
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El Consejo de Guardianes de la Revolución de Irán, responsable de supervisar las elecciones y la legislación, ha seleccionado a seis candidatos para esta contienda. De un total de 80 aspirantes, solo cinco conservadores de línea dura y un reformista lograron pasar el estricto filtro del Consejo.
Los candidatos presidenciales
- Mohammad Bagher Qalibaf: Actual presidente del Parlamento y ex comandante de la Guardia Revolucionaria, Qalibaf es uno de los candidatos más prominentes y de línea dura.
- Saeed Jalili: Conocido por su postura ultraconservadora, Jalili es un ex jefe negociador nuclear que trabajó directamente bajo el liderazgo del ayatolá Ali Jamenei.
- Alireza Zakani: Conservador y alcalde de Teherán.
- Mustafá Pourmohammadi: Exministro del Interior y de Justicia, de tendencias conservadoras.
- Amirhossein Ghazizadeh-Hashemi: Vicepresidente actual y jefe de la Fundación de los Mártires, de orientación ultraconservadora.
- Massoud Pezeshkian: Único candidato reformista, exministro de Sanidad y legislador que representa a Tabriz en el Parlamento iraní.
Exclusiones y desafíos internos
El ex presidente Mahmud Ahmadineyad, conocido por su controvertida reelección en 2009, sigue vetado de la política y no puede presentarse a las elecciones. Además, cuatro mujeres que habían registrado su candidatura fueron descalificadas por el Consejo de Guardianes, compuesto por clérigos y juristas supervisados por el ayatolá Jamenei.
La decisión de aprobar solo a estos seis candidatos parece reflejar la intención de la teocracia chií de Irán de facilitar un proceso electoral controlado, en un momento en que la participación en los comicios anteriores había alcanzado niveles récord. La oposición, marginada y perseguida, ha intentado sin éxito fomentar la abstención en elecciones pasadas.
Contexto internacional y tensiones
Estas elecciones se desarrollan en un clima de alta tensión entre Irán y Occidente, exacerbado por el apoyo iraní a Rusia en la guerra contra Ucrania y el acelerado avance del programa nuclear del país. La comunidad internacional observa de cerca cómo estas dinámicas influirán en los resultados y en la futura dirección política de Irán.
Desde Argentina, seguiremos atentos a los desarrollos de esta elección clave y su impacto en la geopolítica mundial.