Perspectiva Internacional

Elecciones en EE. UU.  El enigma del colegio electoral

 El rol de los Estados clave

El sistema electoral de Estados Unidos, basado en el colegio electoral, convierte a unas pocas regiones en el epicentro de la competencia por la Casa Blanca. Si bien alrededor de 260 millones de ciudadanos están convocados a votar manana, su elección no decide directamente al presidente. En su lugar, votan para escoger a compromisarios del colegio electoral, una estructura que permite que un candidato, como ocurrió con Donald Trump en 2016, alcance la presidencia sin ganar el voto popular.

El colegio electoral: poder en manos de pocos

El colegio electoral consta de 538 representantes, de los cuales se necesitan al menos 270 para alcanzar la presidencia. Este sistema otorga a la mayoría de los estados un esquema en el que “el ganador se lleva todo”. Esto implica que, con ganar por un estrecho margen en un estado, un candidato se asegura de todos sus votos electorales, una característica que convierte a los estados clave en los verdaderos campos de batalla de las elecciones. Este año, el foco está puesto en siete estados reñidos: Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Nevada, Arizona, Georgia y Carolina del Norte, que en conjunto aportan 93 votos electorales.

¿Por qué estos estados tienen tanto peso?

A lo largo de la historia reciente, estos siete estados han oscilado entre partidos, cambiando el curso de las elecciones. En 2020, todos favorecieron a Joe Biden, otorgándole la presidencia, mientras que en 2016 seis de ellos fueron para Trump. Esta variabilidad es la que hoy coloca a estos estados en el centro de la estrategia de campaña de ambos partidos.

Los patrones de votación en estos estados no han sido estables. Desde los años 70, algunos como Georgia, Carolina del Norte y Arizona fueron bastiones republicanos hasta que empezaron a mostrar un giro hacia los demócratas en las elecciones recientes. Esta alternancia refleja cambios demográficos, económicos y culturales en las regiones, convirtiendo la competencia en estos estados en un pulso nacional entre dos visiones divergentes del país.

Excepciones y particularidades en Maine y Nebraska

A diferencia de la mayoría de los estados, Maine y Nebraska tienen un sistema de reparto proporcional, lo que permite que sus votos electorales se distribuyan según el ganador en cada distrito legislativo. Aunque solo suman nueve votos, su método distintivo podría volverse relevante en una contienda apretada.

Kamala Harris y Trump: apuestas seguras y dudas en el aire

Las encuestas indican que Kamala Harris tiene ventaja en 22 estados, mientras que Trump lidera en 23, dejando a ambos candidatos con un margen claro de electores seguros. Sin embargo, la verdadera decisión depende de los 93 votos de los estados en disputa. Esta distribución significa que un cambio pequeño en alguno de estos estados podría alterar el resultado final, haciendo que el próximo presidente dependa de la respuesta en estos focos de competencia.

Incertidumbre

El sistema del colegio electoral concentra el poder de decisión en algunos pocos estados, reforzando el impacto de sus tendencias políticas y oscilaciones a lo largo del tiempo. A un dia del  comicio, la incertidumbre sobre el próximo presidente refleja tanto las divisiones políticas como las fortalezas y debilidades del sistema electoral estadounidense. Mientras los ciudadanos acuden a votar, el destino de la Casa Blanca se decidirá en el complicado tablero de los votos electorales y en la capacidad de cada partido para conquistar estos territorios indecisos.