Por Perspectiva Internacional
17 de noviembre de 2025
El “No” como mensaje: la ciudadanía ecuatoriana limita las ambiciones de Noboa
El presidente ecuatoriano Daniel Noboa enfrentó este domingo el primer gran golpe de su todavía joven administración. En un referéndum que buscaba habilitar una profunda reconfiguración del sistema político—incluida la posibilidad de convocar una Asamblea Constituyente—los ecuatorianos dijeron “no” de manera contundente a todas las propuestas. El resultado expone un quiebre entre el Ejecutivo y la ciudadanía, y obliga al Gobierno a recalibrar su estrategia en un escenario cada vez más volátil.
Un rechazo transversal a la agenda de reformas
Las cuatro preguntas sometidas a votación fueron rechazadas con márgenes significativos. La instalación de bases militares extranjeras cayó con un 60,6% de votos en contra; la eliminación del financiamiento estatal a los partidos, con 58%; y la reducción del número de asambleístas, con 53,4%. La propuesta más ambiciosa—habilitar un proceso constituyente para reescribir la Constitución—obtuvo el rechazo más alto: 61,6%.
Desgaste político y rechazo popular: Noboa enfrenta su mayor derrota
La derrota sorprende tanto por su magnitud como por su carácter unánime. Noboa, que mantiene niveles de popularidad superiores al 50%, esperaba encontrar suficiente respaldo para avanzar con un rediseño institucional que reforzara su posición política. El resultado, sin embargo, revela una ciudadanía exhausta por la sobreoferta electoral (siete procesos en dos años) y profundamente desconfiada de una reforma de gran escala en un contexto de crisis de seguridad.
El voto del cansancio y la desconfianza
La jornada estuvo marcada por un fuerte despliegue militar ante el incremento de ataques violentos en las semanas previas. Pero aun con la narrativa gubernamental centrada en la “recuperación del orden”, el mensaje popular fue otro: la incertidumbre pesa más que la promesa de control.
Referéndum en Ecuador: derrota total para el gobierno de Noboa
Según analistas como Luis Carlos Córdova, del Observatorio Ecuatoriano de Conflictos, Noboa falló en comunicar el propósito real de sus reformas. “Abrió debates de alto voltaje político sin explicar qué pretendía hacer con ese poder extraordinario”, apunta. En un país donde las constituciones se reescriben con ciclos de menos de diez años—Ecuador ha tenido 20 cartas magnas desde 1830—la ciudadanía mostró reticencia a entregar un cheque en blanco.
Un revés estratégico: el rechazo masivo a las reformas de Noboa
El rechazo vino acompañado de una movilización social poco habitual. Movimientos indígenas, organizaciones civiles y sectores críticos al giro autoritario del gobierno llevaron el “No” a las calles con una intensidad que sorprendió incluso a veteranos de la política ecuatoriana.
Golpe político y señales para la región
El revés revela un desajuste entre el cálculo del Gobierno y la sensibilidad social. Noboa apostó por una campaña de corte plebiscitario, con un fuerte componente mediático, demostraciones de autoridad y respaldo internacional—incluida la visita de la secretaria de Seguridad de EE. UU., Kristi Noem. Pero el electorado respondió cuestionando su credibilidad y estilo de gobierno.
Alerta regional: Ecuador rechaza reformas y frena una nueva constituyente
Este resultado también resuena en el tablero regional. Mientras varios gobiernos latinoamericanos han recurrido en los últimos años a reformas constitucionales para consolidar su poder, Ecuador envía una señal contraria: la ciudadanía ya no está dispuesta a aceptar cambios institucionales sin claridad, consensos ni garantías democráticas.
¿Y ahora qué? Los límites del modelo Noboa
Con el referéndum, el presidente pretendía fortalecer su margen de maniobra ante un sistema político fragmentado y una crisis de seguridad sin precedentes. Pero la derrota lo deja obligado a gobernar con las reglas actuales y con un mandato social debilitado.
El referéndum reconfigura su política interna
El desafío para Noboa, como advierten los analistas, es pasar del espectáculo político a la gestión. Menos anuncios, más políticas públicas; menos gestos de autoridad, más respuestas estructurales. Las próximas semanas serán clave para definir si este “No” es solo un tropiezo o el comienzo de un reacomodamiento profundo en el ciclo político ecuatoriano.
