Perspectiva Internacional

Chile crece 3,1% impulsado por minería, servicios y consumo interno

Chile crece 3,1% en 2025 gracias a minería, servicios y consumo, superando expectativas en un contexto global adverso y con pragmatismo económico.
Chile crece 3,1% en 2025 gracias a minería, servicios y consumo, superando expectativas en un contexto global adverso y con pragmatismo económico.

Chile crece 3,1%

El crecimiento de 3,1% del PIB chileno en el segundo trimestre de 2025 refleja un desempeño económico superior a lo esperado. Minería, servicios y consumo interno impulsaron esta expansión, en un contexto global adverso donde otras economías emergentes enfrentan dificultades. La combinación de pragmatismo económico, estabilidad institucional y políticas fiscales moderadas ha sido clave para mantener el dinamismo del país.

PIB chileno supera expectativas en un escenario global adverso

Chile crece 3,1% durante el segundo trimestre de 2025, según informó el Banco Central. Este avance supera las previsiones iniciales, que anticipaban una expansión más moderada. El resultado destaca en un escenario internacional complejo, en el que se proyecta que el crecimiento global apenas llegue al 2,3%, el nivel más bajo desde 2008 fuera de recesiones. En ese contexto desafiante, la economía chilena muestra una solidez notable. Esta fortaleza resulta aún más evidente al compararse con otras economías emergentes, muchas de las cuales sufren caídas en la inversión extranjera y una desaceleración productiva.

Minería, manufactura y servicios lideran el crecimiento económico

Entre los sectores que impulsaron el repunte económico destacan la minería, la industria manufacturera y los servicios personales. En particular, la minería cobró protagonismo gracias a la constante demanda internacional de cobre y litio, especialmente desde China, en el marco del proceso global de transición energética. Este auge extractivo, no obstante, entra en tensión con las ideas tradicionales del progresismo, que históricamente ha cuestionado un modelo basado en la explotación intensiva de recursos naturales. Aun así, el gobierno ha optado por un enfoque práctico, creando condiciones que permiten a estos sectores seguir siendo pilares del crecimiento, en medio de un escenario internacional cada vez más fragmentado y marcado por la incertidumbre geopolítica.

El consumo repunta pese a tensiones externas

Durante el segundo trimestre, el consumo de los hogares también mostró un crecimiento del 3,1%, con un aumento especialmente notorio en el gasto destinado a bienes no durables. Este repunte del consumo interno ha sido fundamental para mantener el ritmo de la actividad económica, aunque representa un giro respecto a las posturas clásicas del progresismo, que suelen priorizar modelos de desarrollo menos enfocados en el consumo. La política fiscal se ha mantenido en niveles prudentes. Por su parte, la autoridad monetaria ha actuado con cautela, generando un entorno de estabilidad que permitió la recuperación del gasto privado sin provocar presiones inflacionarias relevantes.

Inversión extranjera y estabilidad institucional sostienen el crecimiento

Hasta mayo de 2025, Chile logró atraer US$ 6.822 millones en inversión extranjera directa, una cifra significativa si se considera el retroceso generalizado de estos flujos hacia las economías emergentes. Este desempeño fue posible gracias a la fortaleza institucional del país y a un marco regulatorio que, aunque no exento de desafíos, se mantiene estable y predecible. Si bien el discurso oficial del gobierno promueve alternativas al modelo económico tradicional, en la práctica se han adoptado medidas que refuerzan la confianza empresarial, fomentan la inversión y mantienen la apertura comercial. Estas acciones han sido clave para sostener el dinamismo económico en un entorno externo complejo.

Pragmatismo económico frente a convicciones ideológicas

El buen desempeño de la economía chilena en 2025 revela una gestión que ha logrado navegar entre los principios ideológicos del gobierno y las exigencias impuestas por el escenario internacional. Aunque la visión progresista del Ejecutivo no contempla el extractivismo ni el consumismo como ejes de desarrollo, la administración ha optado por fortalecer sectores estratégicos como la minería y el comercio interno para asegurar estabilidad y crecimiento. Esta elección, alejada de sus planteamientos originales, permitió conservar el empleo, atraer capitales y mantener la actividad económica, en un momento en que muchas otras naciones enfrentan retrocesos importantes.