La relatora especial de la ONU sobre los territorios palestinos ha lanzado una advertencia clara y urgente: la Unión Europea debe suspender sus lazos comerciales e institucionales con Israel para frenar el continuo derramamiento de sangre en la Franja de Gaza. Francesca Albanese, en su informe contundente, ha establecido que la situación en Gaza alcanza el alarmante umbral de un crimen de genocidio, una realidad que la comunidad internacional no puede ignorar.
La responsabilidad de la UE en esta situación es innegable. Con una relación comercial que representa cerca del 30% del comercio de Israel, la Unión Europea tiene un poder significativo para presionar por un cambio de comportamiento. La suspensión del Acuerdo de Asociación con Israel se presenta como una medida esencial y legalmente justificada, dada la flagrante violación de los derechos humanos por parte del Estado judío.
Es lamentable observar la resistencia de algunos Estados miembros de la UE, que parecen priorizar la solidaridad política con Israel sobre la defensa de los derechos humanos y la justicia. Esta inacción perpetúa la impunidad de Israel y muestra una desconexión preocupante entre la clase política europea y la opinión pública, que clama por un cese inmediato de la violencia en Gaza.
Además de la suspensión de acuerdos comerciales, la UE debe tomar medidas más concretas, como revocar el reconocimiento diplomático y aplicar sanciones selectivas a funcionarios del Gobierno israelí. Es hora de que la Unión Europea asuma una postura firme y coherente, alineada con sus valores fundamentales de derechos humanos y justicia internacional.
Es especialmente alarmante descubrir que la UE, a través de su financiación, está indirectamente contribuyendo a la maquinaria militar israelí, facilitando así la continuación de la violencia en Gaza. Es imperativo que la Unión Europea garantice que sus fondos no se utilicen para cometer atrocidades contra civiles inocentes.
Mientras tanto, la presión sobre otros actores internacionales, como Estados Unidos y Alemania, para detener el suministro de armas a Israel, también está en aumento. Es hora de que todas las naciones responsables se enfrenten a su complicidad en este conflicto y actúen en nombre de la justicia y la humanidad.
En última instancia, el silencio y la inacción no son opciones viables cuando se trata de detener el genocidio en Gaza. La Unión Europea tiene el deber moral y legal de tomar medidas concretas para poner fin a esta tragedia humanitaria y garantizar un futuro de paz y justicia para todos los habitantes de la región, dijo la relatora especial.