
¿geopolítica, nacionalismo o provocación?
Entre sus primeras medidas tras asumir la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ordenó el rebautizo del Golfo de México como “Golfo de América”. Según el mandatario, esta vasta masa de agua de 1,6 millones de kilómetros cuadrados es un “activo integral” de su país. Sin embargo, la reacción de México no se hizo esperar, con la presidenta Claudia Sheinbaum denunciando la medida como una imposición unilateral sin fundamento histórico ni legal.
El nuevo nombre carece de base juridica
De acuerdo con la base de datos Sovereign Limits, México controla el 49% del cuerpo de agua, mientras que Estados Unidos tiene bajo su dominio el 46% y Cuba el 5% restante. Además, los límites marítimos en la región fueron ratificados en la Convención sobre los Derechos del Mar de 1982, lo que deja claro que el cambio de nombre impulsado por la Casa Blanca carece de base jurídica. No obstante, el decreto ha tenido repercusiones inmediatas en las agencias federales estadounidenses y en gigantes tecnológicos como Google, que han comenzado a reflejar el nombre “Golfo de América” en su cartografía digital.
Firme rechazo de Mexico
El Gobierno de México ha manifestado su rechazo a la medida. La cancillería, liderada por Juan Ramón de la Fuente, ha señalado que cualquier cambio de nombre solo podría aplicarse a la porción marítima bajo soberanía estadounidense, advirtiendo que cualquier extralimitación sería combatida por la vía legal. En este sentido, Sheinbaum ha abierto la posibilidad de una demanda contra Google si la empresa no revierte la modificación en su plataforma.
Trump intensifica la controversia
Mientras tanto, la Administración Trump ha intensificado la controversia al vetar a la agencia de noticias AP por seguir utilizando la denominación “Golfo de México” en sus reportes. Esta decisión ha generado críticas dentro y fuera del país, con acusaciones de censura y manipulación política.
Fuerte sentimiento antimexicano en la sociedad estadounidense
Más allá de una simple disputa nominal, el tema ha sido interpretado como un reflejo del sentimiento antimexicano en ciertos sectores de la sociedad estadounidense. Como señala el escritor mexicoamericano William Anthony Nericcio, autor de Tex[t]-Mex: Seductive Hallucinations of the ‘Mexican’ in American, esta iniciativa responde a una larga historia de discriminación y estereotipos negativos hacia México. Un estudio reciente lo confirma: el 60% de los estadounidenses tiene una percepción negativa del país vecino.
El renombramiento del golfo de Mexico no solo es un intento de reafirmacion nacionalista
En definitiva, el renombramiento del Golfo de México no solo es un intento de reafirmación del nacionalismo estadounidense, sino que se inscribe en una estrategia política más amplia de confrontación con México. Resta por ver si esta disputa tendrá consecuencias reales en las relaciones bilaterales o si quedará como una anécdota más en la tensa historia entre ambos países.