Canadá y Siberia en llamas: Cómo el cambio climático está alimentando los incendios forestales y derritiendo el permafrost. Las altas temperaturas en el Ártico y el deshielo del permafrost están creando condiciones extremas que intensifican los incendios forestales, liberando carbono y agravando la crisis climática global.
El impacto del cambio climático en los incendios forestales globales
En los últimos años, los incendios forestales han aumentado tanto en frecuencia como en intensidad, lo que tiene un claro vínculo con el cambio climático. Según un informe reciente de la Organización Meteorológica Mundial, la temporada de incendios forestales ha aumentado un 20% en las últimas dos décadas debido al cambio climático. Se estima que las emisiones de CO2 provenientes de estos incendios alcanzaron los 1.760 millones de toneladas solo en 2021. (UN News)
El problema no solo radica en la aparición de incendios, sino en la duración y severidad con la que arden. En muchos casos, estos incendios están liberando grandes cantidades de carbono atrapado en los árboles y el suelo, lo que exacerba aún más el cambio climático. La comunidad científica ha alertado que, sin medidas urgentes, esta situación podría desencadenar un ciclo difícil de revertir: los incendios provocan más calentamiento, y el calentamiento provoca más incendios.
Incendios forestales en Siberia: una crisis ambiental en aumento
Siberia, en particular, ha sido una de las regiones más afectadas por esta crisis. En 2021, Siberia registró incendios que destruyeron más de 18 millones de hectáreas, un área más grande que toda Grecia. La república de Sakha fue la más afectada, y las emisiones de carbono alcanzaron niveles récord en la región ártica, liberando más de 500 millones de toneladas de CO2. (National Geographic)
El problema principal es que el permafrost, que solía actuar como una barrera natural, está comenzando a derretirse debido al incremento de las temperaturas. Este suelo congelado durante miles de años ahora se convierte en un acelerador del problema, pues la materia orgánica que se descongela también libera gases de efecto invernadero, como el metano. De esta manera, Siberia no solo enfrenta una crisis ambiental local, sino que también contribuye a la intensificación del cambio climático global.
La situación en Siberia es un ejemplo de cómo el cambio climático está empeorando las condiciones naturales para que los incendios se descontrolen. Las zonas que antes podían mantenerse controladas hoy están mucho más expuestas, y lo que antes se apagaba en días, ahora persiste por semanas, liberando cantidades de carbono que agravan el calentamiento global.
Canadá en llamas: el aumento de los incendios forestales en el norte
En el caso de Canadá, los incendios forestales tampoco son ajenos a esta realidad. El verano de 2023 fue el peor registrado en términos de incendios en Canadá, con más de 17 millones de hectáreas quemadas en todo el país, lo que representó la mayor superficie afectada en la historia del país. Las emisiones de estos incendios equivalen al doble de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de Canadá. (Climática Coop)
Permafrost y su papel crucial en la prevención de incendios forestales
El permafrost, una capa de suelo permanentemente congelado, ha sido una pieza clave para mantener los incendios forestales bajo control. Estudios recientes muestran que el permafrost de Siberia ha comenzado a descongelarse tres veces más rápido de lo previsto, acelerando la liberación de hasta 60 mil millones de toneladas de carbono almacenadas. (National Geographic)
El deshielo de estas capas no solo está acelerando la propagación de incendios, sino que también está contribuyendo a la liberación de gases atrapados, lo que agrava aún más la situación.
El efecto dominó: cómo los incendios forestales agravan el cambio climático
Los incendios forestales no son solo una consecuencia del cambio climático; son también una causa que lo agrava. Según estimaciones del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus, los incendios de 2021 en Siberia y Canadá contribuyeron al 25% de las emisiones globales de carbono de ese año. (UN News)
Cada vez que se produce un incendio, toneladas de carbono almacenadas en los bosques y en el suelo se liberan a la atmósfera. Este proceso no solo genera más gases de efecto invernadero, sino que también reduce la capacidad de los bosques para absorber carbono en el futuro.
Pérdida de biodiversidad y el impacto en fauna y flora
Uno de los impactos más devastadores de los incendios forestales es la pérdida de biodiversidad. En Canadá, se estima que más de 200 especies de plantas y animales han perdido su hábitat debido a los incendios, mientras que en Siberia, los expertos aún no han podido calcular el impacto total, aunque ya se habla de miles de especies afectadas. (Climática Coop)
Aún no se ha podido calcular el impacto total de estos incendios sobre la biodiversidad, pero los expertos ya anticipan que las pérdidas son alarmantes. En áreas como el Ártico, donde la flora y fauna son particularmente sensibles a los cambios climáticos, el riesgo de extinción aumenta con cada nuevo incendio.
La urgencia de una acción global contra el cambio climático
La situación en Siberia y Canadá es solo una muestra de la emergencia global que estamos enfrentando. A pesar de las alarmantes evidencias, los líderes mundiales aún parecen sordos ante la necesidad de tomar medidas urgentes para mitigar los efectos del cambio climático. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) ha instado repetidamente a los gobiernos a reducir drásticamente las emisiones de carbono para evitar que el calentamiento global supere los 1.5°C, el umbral crítico. (National Geographic)
No podemos seguir esperando a que llegue el próximo incendio para actuar. Es crucial que se implementen políticas globales y estrategias sostenibles que aborden el cambio climático de manera proactiva, en lugar de simplemente reaccionar ante cada desastre. Los incendios forestales, como los que se están viendo en Siberia y Canadá, son solo una de las muchas consecuencias de no actuar a tiempo.