Por Mg. Mariana Uria
El Aumento de los Desplazamientos Forzados
En los últimos dos años, el mundo ha sido testigo de un incremento dramático en los desplazamientos forzados debido a conflictos, inestabilidad económica y desastres climáticos. Este fenómeno no solo expone las fallas en la seguridad y el bienestar global, sino que también pone de relieve las profundas deficiencias en el respeto hacia los derechos humanos y la dignidad de los migrantes. La migración forzada, en especial la migración irregular, es una manifestación de crisis humanas que atentan contra la dignidad de las personas y pueden poner en peligro sus vidas.
La falta de documentación adecuada, como señala el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, hace que estos migrantes sean especialmente vulnerables a la explotación laboral, sexual y a la trata, además de enfrentar violencia, discriminación y xenofobia.
El Caso de los Migrantes Haitianos en Estados Unidos
El caso de los migrantes haitianos en Estados Unidos ilustra de manera trágica cómo el tratamiento de los migrantes puede reflejar una desconexión de los principios de desarrollo humano. En 2023, la diáspora haitiana en EE.UU. superaba los 731.000, siendo una de las comunidades extranjeras más grandes en el país. Sin embargo, el discurso político reciente ha desviado la atención hacia estereotipos y desinformación. Comentarios despectivos, como los hechos por el expresidente Donald Trump sobre que los haitianos “se están comiendo a los gatos”, han exacerbado el estigma y la deshumanización. Estas afirmaciones infundadas contribuyen a una imagen degradante de los migrantes, desviando la atención de las verdaderas causas de su sufrimiento y desplazamiento.
Racismo y Discriminación Institucional en Políticas Migratorias
El tratamiento de los migrantes haitianos y otros grupos vulnerables revela un patrón de discriminación, racismo institucional. Los haitianos se enfrentan a una serie de barreras que perpetúan su vulnerabilidad y negativa de asilo en condiciones humanitarias (Human Rights Watch HRW).
La estigmatización no se limita a los discursos políticos. A nivel social, los haitianos son a menudo vistos como una “carga” para el sistema, un prejuicio que se exacerbó durante la pandemia de COVID-19. La crisis sanitaria sirvió como catalizador para que surgieran narrativas injuriosas y discriminatorias, que vinculaban a los migrantes con el contagio de COVID y otras enfermedades como VIH. Estos discursos no solo son peligrosos, sino que ignoran el valor y las contribuciones de la comunidad haitiana (Organización Internacional para las Migraciones IOM).
Según Amnistía Internacional, miles de haitianos fueron deportados bajo el Título 42, una norma que permitió expulsiones inmediatas en nombre de la salud pública debido al COVID-19 (Amnistía Internacional Amnesty). Este uso de la pandemia para justificar la expulsión de migrantes haitianos es otro ejemplo del racismo institucional que enfrenta esta comunidad.
Las políticas migratorias de Estados Unidos, a pesar de algunos intentos de reforma bajo la administración Biden, como el parole humanitario y el Estatus de Protección Temporal (TPS), no han sido suficientes para mitigar los desafíos extremos que enfrentan. Las deportaciones aumentaron y las condiciones en las que muchos migrantes haitianos esperan su asilo en lugares como México son precarias y a menudo peligrosas.
Una Perspectiva de Desarrollo Humano para la Migración Desde una perspectiva de desarrollo humano, es esencial abordar la migración no solo como un problema de frontera, sino como una crisis de derechos humanos y dignidad. Los migrantes no deben ser tratados como objetos de debate político ni comparados con animales en un discurso despectivo. Para avanzar en una respuesta humanitaria efectiva, es crucial que las políticas migratorias trabajen en la resolución de las causas subyacentes del desplazamiento, resguardando los derechos fundamentales de los migrantes. Esto incluye garantizar que los migrantes reciban un trato digno, acceso a servicios básicos y protección contra la explotación y el abuso. Además, la comunidad internacional debe colaborar para abordar las crisis económicas, políticas y climáticas que impulsan la migración forzada. Reconocer y abordar la dignidad de todos los seres humanos, independientemente de su estatus migratorio, es fundamental para enfrentar eficazmente los desafíos globales de la migración y el desplazamiento.