El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha intensificado los esfuerzos del Gobierno para hacer frente a las devastadoras inundaciones que azotan el estado de Rio Grande do Sul. En su tercer viaje a la región en semanas recientes, Lula anunció la creación de un ministerio de la reconstrucción específico para coordinar la reconstrucción y el reparto de ayuda para las familias más afectadas.
Vale Reconstrucción
El nuevo “Vale Reconstrucción”, inspirado en las ayudas de emergencia durante la pandemia de COVID-19, otorgará 5.100 reales (casi 1.000 dólares) a las 200.000 familias más golpeadas por las inundaciones. Se priorizará a quienes viven en áreas declaradas en estado de calamidad y a aquellos cuyas casas fueron inundadas. La ayuda se entregará directamente a sus cuentas bancarias, aunque no se ha especificado el plazo de entrega.
Además, el Gobierno ha creado la Secretaría Extraordinaria de Apoyo a la Reconstrucción de Rio Grande do Sul para coordinar los recursos que se espera lleguen desde Brasilia en los próximos meses. Aunque se esperaba un perfil más técnico, el cargo lo ocupará el político veterano y hombre de confianza de Lula, Paulo Pimenta, hasta ahora ministro de Comunicación Social y oriundo del estado.
La reconstrucción de infraestructuras como carreteras, puentes e incluso el aeropuerto internacional de Porto Alegre, cerrado al menos hasta septiembre, requerirá tiempo y grandes inversiones. Sin embargo, el foco del Gobierno está en las casi 540.000 personas que aún están desplazadas. Para abordar esta urgencia, se contempla la compra de casas para familias de bajos ingresos, la distribución de viviendas que estaban en manos de bancos públicos y la reserva de unas 14.000 viviendas construidas por el sector privado, de las cuales 600 ya están listas para habitar.
La Agilidad en la Respuesta ante la Tragedia
Lula, acompañado de ministros, instó a la agilidad en la respuesta ante la tragedia y criticó la burocracia, citando promesas de reconstrucción anteriores que no se cumplieron. También denunció la desinformación y llamó a la unidad frente a las adversidades.
Hasta el momento, el Gobierno ha destinado más de 60.700 millones de reales (casi 12.000 millones de dólares) para Rio Grande do Sul y ha comprometido el aplazamiento del cobro de deudas del estado durante tres años. Además, han llegado recursos de instituciones internacionales y ayuda humanitaria de varios países, aunque Estados Unidos aún no ha hecho anuncios concretos sobre su contribución.