
casi la mitad de la electricidad mundial ya se genera sin emisiones
Por primera vez desde los años 40, el mundo ha superado un umbral simbólico y estratégico: el 40,9% de la electricidad global se generó en 2024 con fuentes bajas en emisiones. Es decir, con energía solar, eólica, hidráulica y nuclear. Así lo señala el último informe de Ember, un influyente think tank especializado en energía y cambio climático. Para sus autores, esta cifra no solo es una estadística: es la evidencia de que estamos presenciando el fin de la “era del crecimiento fósil”.
El carbón pierde protagonismo, pero aún domina
A pesar de que el carbón sigue siendo la fuente número uno de generación eléctrica en el mundo, las renovables ya comienzan a inclinar la balanza. En 2024, el impulso de la solar —con un crecimiento récord del 29%— y de la eólica —aunque más moderado por razones meteorológicas— empujaron al conjunto de las energías limpias a su máximo histórico. La nuclear, en cambio, perdió peso, con apenas el 9% del mix global: su nivel más bajo en más de 45 años.
La revolución solar, liderada por el Sur Global
Uno de los datos más reveladores del informe es que el 58% de la generación solar global proviene de países fuera de la OCDE. Y China, sola, representa el 39% de toda la producción mundial. La tecnología solar ya es capaz de abastecer la demanda eléctrica de un país del tamaño de India, el más poblado del planeta. A este ritmo, se espera que la capacidad solar mundial crezca un 21% anual hasta 2030.
Europa acelera por razones geopolíticas
El contexto internacional, marcado por la guerra en Ucrania y la volatilidad en los precios del gas, ha hecho que la independencia energética sea una prioridad estratégica para la UE. El 71,1% de la electricidad generada en la Unión ya es libre de emisiones, y el crecimiento de la solar y la eólica no solo reduce las importaciones fósiles: también baja los precios mayoristas de la energía. El caso de España es paradigmático, con un ahorro estimado de 13.500 millones de euros en importaciones de gas.
Baterías baratas, transición rápida
Otro factor clave es el desplome del precio de las baterías: en 2024, el costo por kWh de los paquetes de ion-litio cayó un 20% respecto al año anterior y un 84% en comparación con hace diez años. Esta tendencia facilita la combinación entre solar y almacenamiento, una dupla que, según Ember, se consolida como la “alianza ganadora” de la transición energética.
Las emisiones siguen creciendo… por ahora
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Las emisiones del sector eléctrico global crecieron un 1,6% en 2024, marcando un nuevo récord. La explicación está en las olas de calor sin precedentes que dispararon la demanda eléctrica, especialmente en verano, lo que obligó a recurrir más al carbón. Pero según Beatrice Petrovich, una de las autoras del informe, estamos muy cerca del punto de inflexión: cuando la generación limpia supere definitivamente el crecimiento de la demanda.
¿Y América Latina?
Aunque el informe no se detiene en la región, los datos globales ofrecen pistas: países como Chile (22%) y Brasil ,están bien posicionados para acelerar la transición. La disponibilidad de recursos naturales y el descenso de los costos tecnológicos son aliados fundamentales, pero el desafío político sigue siendo clave.
Un giro irreversible, aunque no lineal
Ni los discursos negacionistas ni los retrocesos coyunturales —como los intentos de relanzar la industria fósil en EE.UU.— parecen capaces de revertir una transformación impulsada por la lógica económica, la presión climática y la necesidad geopolítica. La transición energética avanza, y el mundo empieza a girar con menos humo.