Una retirada estratégica o una cesión de poder?
El segundo mandato de Donald Trump ha llevado la política exterior de Estados Unidos a un punto de inflexión. La retirada de la ayuda militar a Ucrania, el aumento de aranceles a socios comerciales clave y la alineación con Rusia marcan un cambio de rumbo que, según algunos analistas, puede redefinir el orden mundial en los próximos años.
El giro hacia el aislacionismo y el pragmatismo económico
Desde que volvió a la Casa Blanca, Trump ha dejado en claro que su lema “América Primero” sigue siendo el eje de su política. En la práctica, esto ha significado reducir la presencia estadounidense en foros multilaterales, disminuir su influencia diplomática y privilegiar medidas económicas de impacto inmediato. Ejemplo de ello es la reciente imposición de aranceles del 25% a productos de Canadá y México, lo que ha generado tensiones con sus vecinos y socios comerciales más cercanos.
La llamtiva actitud frente a Ucrania
Pero lo más llamativo ha sido su actitud hacia Ucrania. Washington ha retirado su apoyo militar al gobierno de Volodímir Zelenski y ha flexibilizado su postura frente a Moscú, incluso votando en la ONU junto con Rusia en una resolución que no responsabiliza al Kremlin del conflicto. Esta estrategia, que algunos consideran un gesto de pragmatismo geopolítico, es vista por otros como una concesión peligrosa que podría fortalecer la influencia rusa en Europa del Este.
La erosión de la diplomacia tradicional
La Casa Blanca de Trump ha concentrado el poder en un círculo reducido de asesores leales, marginando al Departamento de Estado y promoviendo recortes en su personal y presupuesto. Marco Rubio, actual secretario de Estado, parece más un portavoz de la administración que un actor clave en la formulación de la política exterior. Incluso se han cerrado consulados y embajadas en países considerados “no prioritarios”, lo que según expertos podría abrir más espacios a la influencia china en diversas regiones.
Preocupacion en los diplomaticos de carrera
Además, la reducción del 92% en los proyectos de ayuda de la agencia Usaid y un recorte presupuestario de 54.000 millones de dólares han generado alarma entre diplomáticos de carrera. Más de 700 miembros del Servicio Exterior han firmado una carta advirtiendo que la cancelación de contratos de asistencia sin un análisis estratégico socava alianzas y permite a rivales como China y Rusia llenar el vacío dejado por EE.UU.
¿Hacia un nuevo equilibrio global?
La visión de Trump sobre el mundo está basada en la transacción y el beneficio inmediato para Estados Unidos. Sin embargo, su desprecio por la UE, su desinterés por mantener alianzas tradicionales y su tendencia a priorizar el poder económico sobre el diplomático podrían tener consecuencias a largo plazo. Si bien el pragmatismo ha sido una constante en su administración, la pregunta clave es si esta estrategia fortalecerá el liderazgo estadounidense o lo debilitará frente a actores emergentes en el escenario global.
“ Esto es solo el principio”
Por ahora, el mundo observa con incertidumbre mientras Trump continúa desmantelando estructuras que han sostenido la hegemonía estadounidense durante décadas. En su reciente discurso ante el Congreso, el presidente lo dejó claro: “Esto es solo el principio”.
